Dos detenidos en Mataró por adoctrinar y reclutar yihadistas
La vida de los miembros de la célula desarticulada no despertaba sospechas
Una operación que se inició a finales del 2015 permitió desarticular ayer en Mataró una célula de reclutamiento de yihadistas para actuar en zonas de conflicto armado que operaba en las provincias de Barcelona y Tarragona. Durante el operativo se detuvieron a dos hombres de origen marroquí. Uno de 46 años, natural de Tetuán, y un segundo de 36 años, nacido en Tánger.
La Guardia Civil, por orden del juzgado central de instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, irrumpió ayer a las seis de la madrugada en dos domicilios de Mataró, en las calles Camí del Mig y Joan Maragall. Acompañados por unidades caninas y de detección de explosivos, registraron los domicilios durante seis horas y se incautaron de numerosa documentación y ordenadores.
La investigación se inició hace tres años ante la alerta lanzada desde varios servicios policiales internacionales, que habían detectado actividad en internet por parte de varios individuos que consumían propaganda de plataformas asociadas a grupos terroristas. Fuentes policiales apuntan que, ante la pérdida de territorio, material humano y financiero en Siria e Irak, el grupo terrorista Estado Islámico precisa captar nuevos adeptos, por lo que el reclutamiento a través de las redes sociales es una actividad clave.
La actuación de los dos yihadistas en las redes sociales, aparte de captar adeptos a través de la célula desarticulada para ser adoctrinados en el radicalismo islamista, según fuentes policiales, también pasaba por emitir alegatos antisemitas y mensajes amenazantes a países aliados de Israel. En algunos, los detenidos se declararon partidarios de “matar a judíos”.
La vida de los dos detenidos no había despertado sospechas entre los vecinos, si bien algunos reconocían que recibían numerosas visitas. “No los conocíamos y apenas se les veía por la calle”, apuntaban ayer los residentes del edificio, que recordaban haber reaccionaron alarmados al estruendo que provocaron los agentes de la Guardia Civil al acceder por la fuerza en las viviendas. En el domicilio del Camí del Mig, el propietario del piso, también de origen marroquí, defendía a su inquilino: “Es un buen chico, no es un terrorista, sólo le gusta manejar por las redes sociales”.
Otros vecinos de la misma nacionalidad apuntaban que los acusados no cumplían con los preceptos básicos del islam: “No rezaban ni iban a la mezquita”. Como ocurrió en otros casos de vinculación a grupos terroristas en la capital del Maresme (febrero del 2018 y diciembre del 2015), llamó la atención que los detenidos evitaran relacionarse con la comunidad islámica local.
Precisamente, la entidad islámica Al Ouahda de Mataró, a través de las redes sociales, declaró en medios locales que esperan el esclarecimiento de los hechos, al tiempo que manifestaban su apoyo al Ayuntamiento. En la misma línea, lamentaron que la ciudad aparezca en los medios de comunicación por hechos negativos.