La Vanguardia

“¿Qué pasaría si se reventara la presa?”

Miquel Fañanàs, autor de la novela ‘Susqueda’

- MAGÍ CAMPS Barcelona

EMBALSE POLÉMICO

Franco no inauguró el pantano porque antes había habido polémica ciudadana

COMO ORSON WELLES

La primera narración fue radiada y causó el pánico entre la población del Ter

Miquel Fañanàs ganó el premio de novela corta Justo M. Casero en 1981 con el relato Susqueda, la crónica de una catástrofe desde el momento en que revienta la presa. Ahora publica la novela (Columna), una versión mucho más completa y documentad­a que aquel primer esbozo. Pero la historia tiene mucho más jugo.

¿Cómo se le ocurrió rehacer aquella narración corta?

Este año es el cincuenten­ario de la presa de Susqueda, aunque no fue nunca inaugurada porque Franco no quiso venir. Hubo polémica...

Eso lo explica en la novela, pero ¿es verídico?

Sí, hubo muchas quejas por el lugar donde se construyó.

¿Había peligro sísmico?

Sí. La gente de Girona estaba muy nerviosa y se preguntaba­n qué pasaría si se reventaba esa presa que se estaba construyen­do. Era en la primavera de 1968 y por eso pensé que había llegado el momento de escribir la novela.

Así pues, la semilla fue el premio Casero.

Exacto. Era un librito muy corto, poco más de 40 páginas, pero tuvo mucha repercusió­n por el programa de radio que se hizo.

Usted es el Orson Welles de Girona.

Piense que, cuando se radió la novela, mucha gente se lo creyó y huyó montañas arriba; miles de personas.

Y eso ahora lo ha ficcionado en la novela.

Sí. La gente no se cree los avisos de peligro y piensa: “A mí no me fastidiaré­is, ya me fastidiast­eis la otra vez”.

Es el cuento de Pedro y el lobo. En la novela se nota que ha habido un trabajo de documentac­ión profuso. Empieza con un terremoto y me documenté con un profesor de Geodinámic­a de Girona, David Brusi. Me ha asesorado y me ha corregido algunos detalles para ganar en verosimili­tud.

Pero Susqueda no ha tenido nunca problemas.

No, es cierto, pero estas cosas no se saben nunca. Hace poco en California

hubo que evacuar a 200.000 personas, pero al final no pasó nada.

También se ha documentad­o sobre la estructura de la presa.

Está el libro de Arturo Rebollo, que es el ingeniero que la construyó, y también me documenté en Protecció Civil de la Generalita­t, que tienen un trabajo hecho sobre lo que pasaría si se reventara la presa de Susqueda. Cuando digo en la novela que el agua llegaría al primer peldaño de las escaleras de la catedral de Girona, no es ficción: lo dice el informe.

¿Este estudio explica las medidas que habría que tomar?

No, eso no. Protecció Civil lo pasa a los ayuntamien­tos y cada ayuntamien­to debe establecer sus medidas de evacuación. Pero yo creo que no se ha elaborado ninguno. Y así ¿qué habría que hacer? Pues montaña arriba. ¡Sálvese quien pueda!

Entonces, la portada del libro, con el campanario de Sant Feliu y el de la catedral de Girona que sobresalen en medio del agua, ¿es una exageració­n? Es una licencia. No es una licencia literaria, sino editorial. La Generalita­t también tiene estudiado qué pasaría si reventara el pantano de Sau y, como consecuenc­ia, el de Susqueda y el Pasteral: entonces el agua llegaría al último peldaño de la catedral.

¿Baja con mucha rapidez?

El agua tarda una hora en llegar a Girona, pero después, a partir de Campdorà, se expande y va muy lenta hasta la Gola del Ter.

Se trata de una novela verosímil.

Claro. El lector ya lo sabe que es ficción, pero todo es tal como podría acabar siendo.

Es una crónica de un desastre anunciado, porque desde la primera página ya se sabe qué pasará, pero hay que decir que, como en el libro de García Márquez, se mantiene la tensión. Me han contado que una señora de la Cellera de Ter lo empezó a leer y tuvo que abandonarl­o porque se puso muy nerviosa.

No me extraña, viviendo donde vive.

Ya me gusta, porque quiere decir que la narración funciona.

¿Por qué la novela empieza el día del Pilar?

Es un viernes y, si mira el calendario, verá que este año 2018 el Pilar cae en viernes.

Es decir, todavía ha de pasar.

Además, en Girona, el Pilar es el día en que históricam­ente ha habido más inundacion­es. Usted también hace una reivindica­ción del periodismo desde Girona. A posta, porque muchas veces Girona cae lejos de Barcelona. Y los diarios barcelones­es tienden a ser muy de Barcelona. Parece que cueste entender que más allá también pasan cosas.

¿El crimen de Susqueda ha afectado de alguna manera en la narración? Aparecía el crimen sin resolver, pero entonces hubo la detención y lo retoqué. Pero en la novela lo explico distinto.

En la realidad, ¿el libro también es una declaració­n de amor o sólo es ficción? Es pura ficción. Un toque de romanticis­mo le va bien, porque, si no, todo es catástrofe, y eso no puede ser. Algo tiene que flotar.

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PERE DURAN / NORD MEDIA El embalse de Susqueda prácticame­nte lleno, como lo está ahora y en la novela
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MIQUEL FAÑANÀS El narrador Miquel Fañanàs

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