La Vanguardia

Animales en peligro

La explosión demográfic­a, la sequía y la caza furtiva amenazan a los grandes mamíferos

- XAVIER ALDEKOA 10

La caza furtiva, el cambio climático y el aumento de la población, con la consiguien­te destrucció­n del hábitat, son los factores clave del descenso de la fauna africana.

Algo pasa en el Kruger. Nada más entrar a la may de vid salvaje de Sudá rica, del tamaño provincias de Girona y Lleid juntas, aparece a lo lejos un todot no militar lleno de soldados q dirige a una base militar fre campamento Skukuza, el más grande del parque. Al rato, un helicópter­o del ejército surca el ci cuando nuestro vehículo gi a en una curva, nos topamos co dos soldados a pie, pistola al ci sombrero de ala ancha calado las cejas, observando el hori con unos prismático­s. El uniformado más alto mata la curiosida del visitante sin demasiados mientos. “Sí, estamos aquí p rinoceront­es, continúen su tranquilos que no hay proble

El parque Kruger, situado en la frontera entre Sudáfrica y Mo bique, se ha convertido en la p ra línea de batalla contra los dores furtivos. Desde el año 2 ante el alarmante aumento de

abatidos, el ejército desplegó a más de 500 rangers especializ­ados en la lucha contra el urtivismo. Una escalada mortal e la decisión: en el 2017, apenas 13 rinoceront­es blancos fueron batidos por furtivos en Sudáfrica, donde vive el 80% de esta espec e de paquidermo­s. En los últimos años, han sido cazados más d mil cada año, más de tres al día; la (504 el año pasado), en el Kru

La demanda de cuerno de ceronte en Vietnam y China, d se considera un producto de l se le atribuyen propiedade­s omo la cura del cáncer o el aumen o del vigor sexual, ha disparado su precio en el mercado negro –una pieza de 10 kilos se vende por un millón de euros– y ha profesiona­lizado la matanza de rinoceront­es: las mafias usan armamento pesado, helicópter­os, lentes de visión nocturna. Han tejido una red corrupta de políticos y policías que les permiten sacar rápido el material del país.

Según Nick Fox, dueño del parque privado de Sabuya –un tercio de los rinoceront­es de Sudáfrica vive en reservas de particular­es–, la situación es dramática. “Es una matanza, y estamos en un punto crítico. Los furtivos matan más rinoceront­es de los que nacen al año, así que si esto no cambia, estamos en el punto de no retorno. En menos de 20 años la especie se extinguirá”.

A la preocupaci­ón de Fox se le suman el miedo y la desesperan­za general. Debido al peligro que suponen las mafias y los elevados costes de una unidad privada de antifurtiv­os –a partir de los 63.000 euros al año, según el tamaño de la finca–, cada vez más familias optan por no tener rinoceront­es en sus terrenos. Las reservas privadas sudafrican­as con estos paquidermo­s han pasado de 400 en el 2009 a 320.

El rinoceront­e blanco es sólo un síntoma más de la amenaza que sufre gran parte de la fauna salvaje de África. Según un informe respaldado por las Naciones Unidas, la acción del hombre podría llevar a la extinción de la mitad de los mamíferos y las aves del continente africano antes del año 2100.

Además de la caza furtiva, el estudio Servicios de biodiversi­dad y ecosistema­s para África señala el cambio climático y el aumento demográfic­o de la población, y la consiguien­te destrucció­n del hábitat, como los principale­s factores del descenso de la fauna africana.

Según este informe, en el que han colaborado 550 expertos de todo el mundo coordinado­s por la plataforma Ipbes, aproximada­mente unos 500.000 kilómetros de tierra africana –una superficie similar a la de España– se han degradado por la “sobreexplo­tación de los recursos naturales, la erosión, la salinizaci­ón o contaminac­ión”.

El informe apunta especialme­nte a la relación entre la explosión demográfic­a, la urbanizaci­ón y la pérdida del hábitat de los animales. “La biodiversi­dad del continente será sometida a una presión incluso mayor porque la actual población de África, de unos 1.250 millones, se prevé que se doble hasta los 2.500 millones de habitantes en el 2050”.

El riesgo futuro para la vida salvaje ha hecho alzar las voces de alarma porque se viene de un panorama preocupant­e. En los últimos 30 años, la población de jirafas se ha reducido un 40% y, en dos décadas la de leones ha descendido un 43%. Los grandes felinos, que necesitan grandes extensione­s de territorio para cazar, son los más perjudica-

a ocupac tat por los humanos y se llevan la peor parte en caso de conflicto: el pasado mes de junio, nueve leones de una misma manada en el Serengueti (Tanzania) fueron envenenado­s por pastores después de que los felinos atacaron a su ganado.

Para el guepardo, el mamífero terrestre más veloz, la situación es peor: en un siglo su hábitat se ha reducido en un 89% y su población ha pasado de 100.000 a menos de 7.000. En los últimos tres años, una nueva amenaza sobrevuela ambas especies. Según la Unión Internacio­nal para la Conservaci­ón de la naturaleza, ante la escasez de tigres en Asia –quedan menos de 4.000– se ha incrementa­do la caza furtiva de grandes felinos africanos para arrancarle­s las garras y colmillos y hacerlos pasar como partes de tigre y venderlos como pendientes o amuletos en los mercados de Asia.

Xavier Surinyach, naturalist­a catalán y miembro de la plataforma ecologista Serengueti Watch, cree que este escenario no invita a la esperanza. “Me gustaría ser optimista, pero no lo puedo ser. Lo que está ocurriendo es equiparabl­e a una guerra. La fauna salvaje está en medio de un conflicto que no puede combatir. Los animales son víctimas de la estupidez humana”.

Para Surinyach, que en los últimos 17 años ha visitado reservas africanas en hasta 23 países, las agresiones a la vida salvaje son perceptibl­es a simple vista. “No sólo es la caza furtiva, cada vez hay más sequías que provocan una gran mortalidad, y el crecimient­o exponencia­l de la población provoca que el hombre no sólo destruya su hogar, sino que también lo ocupe para cultivar u otras actividade­s. A eso debemos sumar también la falta de escrúpulos de compañías mineras que quieren extraer la rique-

“Los furtivos matan más rinoceront­es de los que nacen al año; estamos ante un punto de no retorno”

za su o as reservas

Otro síntoma del problema es el elefante. Más de 33.000 ejemplares son abatidos cada año por los furtivos, que comercian clandestin­amente con el marfil de sus colmillos. Grupos rebeldes y mafias de furtivos organizado­s se aprovechan de la inestabili­dad en República Democrátic­a de Congo, Sudán del Sur, Sudán, República Centroafri­cana y Chad para introducir­se en países vecinos, cazar paquidermo­s y transporta­r el marfil a los mercados chinos. La escabec na canza ras go. En el 2015, el gobierno de Tanzania denunció que en cinco años había perdido el 60% de la población de elefantes en sus parques, de 110.000 a menos de 45.000.

Al menos uno de cada cuatro elefantes de todo el continente ha sido abatido por furtivos en los últimos siete años. Según Surinyach, la amenaza de los furtivos ha cambiado el comportami­ento de los grandes paquidermo­s. “Cada vez se ven grupos más pequeños, sin ejemplares de gran tamaño, y a la mínima presencia de humanos, se ponen nerviosos, rodean a las crías y se alejan. Esto no era así hace unos años”.

Pese a la gravedad de la situación, el informe del Ipbes señala que algunas medidas tomadas por

ernos a r canos van en a buena dirección, como el establecim­iento de nuevas áreas protegidas, una mejora de la gestión de las reservas, la restauraci­ón de ecosistema­s y una red de corredores para l fauna salvaje. Desde el continente africano también se defiende la naturaleza con unas buenas dosis de valor.

En el parque nacional de Virunga de República Democrátic­a de Congo, donde viven parte del millar de gorilas de montaña vivos en el mundo, los guardias de la reserva libran una lucha diaria con los furtivos y los grupos rebeldes para defender la biodiversi­dad. A menudo, dando la vida por la causa: más de 150 guardabosq­ues y rangers del parque han sido asesinados por furtivos en la última década.

 ??  ??
 ??  ?? LA VANGUARDIA
LA VANGUARDIA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain