El lector expone
Luchadores incansables
Pensar en el ocio, la relajación o simplemente en tomarse unas vacaciones no siempre es posible para demasiados miembros de familias humildes que viven preocupados por el día a día y de la subsistencia familiar. La mayoría son auténticos supervivientes y luchadores incansables que no desean más que una mínima calidad de vida para sus familias.
El poder tomarse un café, ir al cine, ir a un centro comercial o simplemente comprarse unas zapatillas nuevas es un auténtico lujo que no está a su alcance. Por eso no entienden cuando se habla de la sociedad del ocio o del bienestar, de la reducción de la jornada laboral o del incremento del salario mínimo, cuando llevan meses y años en situación de desempleo y sin prestaciones.
Cuando un país tiene más de tres millones de parados, la mitad de ellos sin derecho a prestación económica alguna, y las ayudas sociales no disponen de las consignaciones presupuestarias suficientes, podremos hablar de un país democrático y de libertades pero nunca de justicia social o de Estado social.
Si una casa no se empieza a construir por el tejado, lo lógico es que un país tenga que sostenerse sobre una base social sólida, unos cimientos suficientemente resistentes y un tejado que proteja a toda la vivienda de las inclemencias del tiempo, de las tormentas y de cualquier riesgo extraordinario o imprevisto. Poder pagar la hipoteca, el alquiler, la comida, la luz, el gas… es algo que sigue preocupando a demasiadas familias, que no son capaces de llegar a fin de mes sin generar deudas o impagos. Nuestros gobernantes tendrán que encontrar una solución y buscar prioridades.