Un disco de ensueño
PEP LAGUARDA (?-2018) Músico, artista y autor del disco Brossa d’ahir
Fue su sobrino, el brillante e imprevisible músico Jose Domingo, el que ayer lo comunicaba en Facebook: “Muy triste. Ha fallecido mi tío Pep Laguarda. Un activista de la belleza y amante de la sencillez”. No mucho después, uno de sus admiradores más confesos, el cantautor solsonés Roger Mas, confirmaba que “ha mort l’autor d’un dels meus discos de capçalera. Ashes to ashes and dust to dust”. Alguna nota de remitente más oficial explicaba que “el conocido cantante de música folk valenciana Pep Laguarda ha muerto hoy en Rafelbunyol. Era uno de los nombres indispensables del panorama musical valenciano de los 70”. En cualquier caso, y solo mirando la entidad de los dos músicos afectados por la desaparición de Pep Laguarda, se puede comenzar a intuir la entidad del músico desaparecido.
Laguarda era en sí mismo un ente inquieto, consciente de su brillantez, que en su vida profesional cabía considerarle como artista poliédrico, pintor y diseñador, y de una incomprensiblemente corta carrera musical, que le acabó frustrando. Antes de convertirse en uno de los renovadores y portaestandartes de la escena musical valenciana de los setenta, una década antes comenzó sus primeros pinitos musicales como cantante folkie, y llegó a presentarse a un concurso para nuevos valores organizado por la Casa de Catalunya en València. El siguiente paso fue que, con un grupo de amigos entre los que destacaba Manolo Garrido, conocido como Garri Campanillo, otro músico, pintor y diseñador, formó el grupo Tapinería. Con Garri y otros amigos músicos, Joan Marí, Viven y Pinet, fueron dándole forma al proyecto Pep Laguarda & Tapinería, que habría de culminar en la grabación de un disco mítico, Brossa d’ahir, en 1977.
La aparición de este álbum fue la conclusión de un azaroso proceso que arranca con una actuación en la Aliança del Poblenou de Tapinería a la que asistió Jordi Vendrell, director del sello discográfico Ocre, y que se quedó impresionado por la sonoridad de aquella banda. una combinación fascinante de jazz, psicodelia y rock –vagamente emparentada a la onda layetana– sin perder el espíritu y el calor mediterráneos. Aquello finalmente se grabó en Mallorca en 1977 en el estudio que tenía en su casa de Deià el mítico músico inglés Daevid Allen, donde participaron Pau Riba, su hermano Xavier o Milan y Bibiloni. La portada (Marlene Dietrich a modo de luna, una rana rasgando una guitarra porro en ristre...) era la guinda inmejorable.
La obra fue aclamada y sigue siéndolo, aunque los problemas comenzaron entonces. Dos años más tarde, sin el concurso de Tapinería Laguarda grabó un nuevo álbum, Plexison impermeable ,de una sonoridad que poco tenía que ver la magia de su predecesor (porque querían en su discográfica Edigsa que fuese radiable), pero que de un modo inesperado nunca llegaría a publicarse por perder interés en ello la citada discográfica. Solo llegaría a ver la luz 33 años más tarde, gracias al sello Discmedi, que el 2004 ya había reeditado Brossa d’ahir, cuando las nuevas generaciones descubrieron en Laguarda todo un referente de un hippismo... que él siempre había negado.
Después de aquella experiencia, abandonó la escena musical a finales de los ochenta y acabó dedicado al periodismo radiotelevisivo. Mucho después, cuando vino a promocionar Plexison impermeable a Barcelona en el 2013, me confesó: “Que no saliera ese disco en 30 años me amargó, es algo que no se supera”, aunque un momento después aseguraba sin titubear que “Brossa d’ahir ha quedado como un hito porque es un arquetipo de la música”. Eso sí: nunca volvió a los escenarios.