Del pergamino al siglo XXI
Los tesoros desconocidos de la biblioteca del Seminari de Tarragona
No va de catálogo automatizado, ni de fondos digitalizados, ni de servicios virtuales. Su encanto es lo contrario. La biblioteca del Seminari Pontifici de Tarragona, fundada en el siglo XVI, se mantiene tal y como se quedó en el XIX. En un lateral, en los viejos escritorios de madera, se conservan las fichas de cada libro (unos 10.000 y entre ellos diez incunables) con el número de estante y su posición exacta. En la sala, una Biblia Políglota de Alcalá del siglo XVI, una de París del XVII o una manuscrita del XIII procedente de Scala Dei. Esta joya de pergamino decorada con valiosas miniaturas es el libro más antiguo que se conserva aquí, pero hay otros tesoros. La Biblioteca, abierta al público hace tres años, sigue siendo una gran desconocida incluso en su ciudad.
Para poner en valor las colecciones y el propio fondo, sus responsables organizan desde 2015 –tras la rehabilitación integral de todo el edificio del Seminari y, con ello, la reapertura de la Biblioteca– actividades y jornadas en torno a este patrimonio escrito. Comenzaron con la exposición y un ciclo de conferencias sobre las espectaculares Biblias Políglotas, presentadas como punto de encuentro de religiones, y han abordado otros temas como la figura de Lutero, la del arzobispo del Renacimiento Antoni Agustí o del intelectual Pons d’Icart. “Intentamos siempre organizar estos ciclos junto con otras instituciones, como la universidad o el ICAC u otras bibliotecas”, explica Albert Viciano, el director.
Para el próximo otoño preparan un ciclo sobre el arzobispo Armanyà (siglo XVIII), “que fue un ilustrado obsesionado con la compra de libros y tenía una red de conocidos que le hacían llegar los que le interesaban de toda Europa”, dice Sergi Guardiola, bibliotecario. Este fondo –se han localizado más de 400 libros con el ex-libris de Armanyà, encuadernados en pergamino o con cubiertas de piel, obras principales en su tiempo y verdaderas rarezas hoy en día– junto con el de Antoni Agustí (otro erudito que estuvo en el Tribunal de la Rota y fue embajador de Felipe II) y el legado de los Jesuitas, constituyen la principal particularidad de esta Biblioteca. Nacida en el siglo XVI para dar servicio a la Universidad Pontificia dispone de un 70% de libros de teología, muchos en latín, y también de otras materias complementarias como filosofía, literatura o ciencia.
En una esquina de la Biblioteca una puerta conduce a la vieja habitación de los libros prohibidos, los que escribían los teólogos que iban contra la norma, como Lutero o Galileo. “Tenían que guardar al menos un ejemplar de estos libros para poder hacer la réplica”, explica Viciano. El habitáculo es ahora un despacho, pero se conservan varios Índices del XVI con la lista de los libros peligrosos. La biblioteca también conserva una edición alemana de una biblia calvinista con los comentarios censurados con tinta negra. O el libro de 1704 que recupera las constituciones catalanas.
Ubicada desde 1875 en el primer piso del edificio del seminario, junto a todo este patrimonio hay ahora una biblioteca moderna con wifi y libros de préstamo, que está abierta siempre al público para cubrir el papel de biblioteca de barrio.