Desafiante y accesible
El 6 de marzo de 1963 John Coltrane, junto al pianista McCoy Tyner, el contrabajista Jimmy Garrison y el batería Elvin Jones –es decir, el mismo combo con el que daría luz año y medio más tarde al memorable A love supreme– grabaron un álbum entero de un tirón en los míticos estudios Van Gelder de New Jersey. Al concluir aquella jornada, el memorable saxofonista hizo una copia de la sesión y se la llevó a casa. Las cintas que recogían la veloz grabación permanecieron inéditas durante los siguientes 54 años (los masters quizás está definitivamente perdidos) hasta que la discográfica Impulse! negoció con los herederos la salida a la luz de aquella música.
Lo que se encuentra dentro de este Both directions at once esa un John Coltrane en un momento de interesección en su carrera artística, en pleno proceso de exploración del jazz modal en el que estaba inmerso en aquellos años, pero a la vez dando pistas, en algún momento del disco muy elocuentes, de que estaba descubriendo lo que un tiempo después se denominaría free jazz. Una de las señales más visibles de esta incursión en lo nuevo se puede percibir en uno de los dos temas absolutamente inéditos del volumen, Untitled original 11386, donde Coltrane exhibe a la vez melodía, swing positivo y cautivador, pero, al , su saxo suena salvaje y desquiciado, todo un choque con el ritmo y la estructura que dominan el resto de la obra. Coltrane, como en todo el disco, flirteaba entre el desafío y lo accesible.