La resurrección de Marín
La onubense busca esta mañana ser la primera mujer con tres Mundiales
Carolina Marín (25 años) dedica al bádminton un total de ocho horas diarias, entre los entrenamientos sobre la pista, las sesiones físicas y el importante trabajo psicológico. En el pabellón donde pasa una eternidad de tiempo hay un póster con una frase: “¿Dónde te gustaría estar?”. Si esa pregunta se circunscribiera al Mundial, la respuesta sería que querría estar en el sitio donde va a encontrarse hoy: disputando la final (sobre las 8.30 horas de la mañana en España). La onubense busca en Nankín (China) su tercer título universal tras los del 2014 y el 2015, jalón que no ha conseguido ninguna mujer. Si bate a la india Pusarla Venkata Sindhu, se convertirá en única en un deporte dominado por orientales y donde ella es una auténtica pionera. Lo fue en el 2016 cuando se colgó el oro olímpico en Río y desea serlo ahora, midiéndose a la misma jugadora a la que derrotó por el título en los Juegos.
Los que entienden de este deporte que no tiene mucha raigambre en España afirman que el factor mental es tremendamente importante. Eso lo ha sabido de siempre Marín, que tuvo que poner sobre la mesa todo su coraje para sobrevivir en semifinales. Hasta ayer Carolina había ido apabullando a las rivales pero la china He Bengjiao se lo hizo pasar mal. Le sorprendió en la primera manga (13-21) logrando ahogar los constantes gritos que utiliza Marín para ser ella misma y para acoquinar a las rivales, al estilo de lo que hace Rafa Nadal en tenis, en especial cuando el balear era más joven.
Sin embargo, la andaluza se rehizo para darle la vuelta al duelo (21-16, 21-13), a pesar de tener al público del lado de su rival. “Estoy muy contenta por haber luchado hasta el final y contra toda China. Ha sido un partido muy complicado desde el principio”, relató Marín. No en vano, He había doblegado en cuartos a la número 1, Tai Tzu.
Marín, octava del mundo, luchará ante Venkata Sindhu, tercera del ranking y que posteriormente se impuso a la japonesa Akane Yamaguchi, por 21-16 y 2422. En el segundo set levantó un 12-19. Será el décimo enfrentamiento entre la española y la india. Por el momento el balance es de cinco victorias a cuatro para Marín.
Desde que Carolina se hiciera con el oro olímpico no ha vivido los mejores momentos de su carrera. Las rivales se concienciaron para superarla y le pillaron el tranquillo. Siempre le había gustado imponer un bádminton rápido y físico y comenzaron a ver que, si le buscaban las cosquillas y le ralentizaban el ritmo, podían ponerla nerviosa. Entre eso y un lógico bajón motivacional, Marín sólo ha ganado tres torneos en los dos últimos años. Pero todavía era muy joven como para no buscar una reacción. Llevaba meses persiguiéndola de la mano de su entrenador, el exigente Fernando Rivas, que le ha transmitido que ha de ser más paciente en su estilo de juego.
Parece que han vuelto a dar con la fórmula. Esta mañana quiere un éxito sin precedentes.
EL ESFUERZO La andaluza lleva dos años intentando reformular su juego pues las rivales le habían pillado el tranquillo