La Vanguardia

“Los hombres ricos provocan más orgasmos a sus parejas”

- XAVIER GÓMEZ LLUÍS AMIGUET

Tengo 58 años: cumplirlos es inevitable; envejecer, una opción, pero no la mía. Soy australian­o; vivimos tan aislados que da gusto: menos paro y crimen. Los hombres buscamos juventud y fertilidad, y ellas, recursos; acepté el trato y me casé: seis hijos. Publico ‘Por qué los hombres quieren sexo y las mujeres necesitan amor’

Llevo 18 años escribiend­o sobre las diferencia­s entre hombre y mujer y... ¿Y ha cambiado algo? Nada, excepto que la sociedad de la imagen –y sus anuncios sexis– ha aumentado las ilusiones respecto al otro sexo y, con ellas, los desengaños... ¿En qué sentido?

Ellas esperan que el hombre siglo XXI sea inteligent­e, solvente, con exquisito gusto metrosexua­l en el vestir; un Apolo del gimnasio, pero no engreído; padre devoto y confidente sensible, empático y divertido, que las haga reír... y llore con ellas en el cine. Por desgracia, ese tipo de hombres suele tener novio...

¡...!

...Y suerte: los gais tienen más y mejor sexo que los hetero. Bajo el maquillaje cultural, la realidad evolutiva persiste: los hombres seguimos teniendo veinte veces más testostero­na que ellas y un impulso sexual proporcion­al. Por eso, las mujeres buscan que un hombre les solucione todos sus pequeños problemas, y los hombres, que todas las mujeres nos solucionen nuestro pequeño problema.

Oiga: pero eso que dice es muy básico.

En fin, el hombre experiment­a dos emociones: hambre y apetito sexual; así que, si no está teniendo una erección, hágale un bocadillo.

Se lo acepto, pero sólo como ironía.

Ellas buscan una razón, y ellos, un sitio. En fin, lo que vengo a decir es que si asumimos nuestros instintos, será más fácil gestionarl­os y que nos entendamos todos.

¿Qué esperamos de la mujer siglo XXI?

Las revistas más vendidas dicen: que sean independie­ntes y sepan programar el GPS...

¿Y usted qué cree?

La realidad evolutiva es: que nos excite e inmediatam­ente después nos satisfaga.

¿A cambio, dice usted, de qué?

De recursos. Las mujeres se fijan en los recursos de los hombres tres veces más que ellos en los de ellas.

Pero ellas también generan riqueza.

La cultura ha cambiado en estos últimos 50 años, pero la psicología evolutiva necesita miles para modificars­e. Así que las mujeres aún atraen a los hombres con la promesa –más o menos vaga– de sexo; y ellos a ellas, con la promesa –más o menos vaga– de recursos.

Pero muchas producen más que muchos.

Las triunfador­as buscan aún más los recursos de los triunfador­es, por eso son los que más les atraen. Pero la psicología evolutiva hace que su estrategia –incluso en un flirteo pasajero– sea lograr duración en la relación, aunque sepan que él sólo desea la máxima intensidad.

¿Cómo está tan seguro?

Podría citarle decenas de estudios... Pero pregúntele­s a ellas. Todas le dirán lo que buscan en un hombre: “Amor, fidelidad, ternura, compromiso, cultura e inteligenc­ia”.

¿Lo ve?

“Amor y ternura” significan relación duradera de apoyo material más allá del sexo; “compromiso”, lo mismo y aún más claro. ¿“Cultura e inteligenc­ia”? Hoy sustituyen al músculo y la fuerza, y quien los posee logra más recursos.

¿Por qué esa obsesión material?

La biología no persigue nuestra felicidad, sino mejorar la especie. Ellas tienen pocos óvulos y años de fertilidad, así que aseguran su apuesta: todas sus emociones se dirigen a la búsqueda del varón que invierta recursos en ellas, y discrimina­n a la mayoría de los solicitant­es que sólo quieren disfrutar un ratito.

Pero hoy hay anticoncep­tivos...

Aunque hoy muchas mujeres se crean liberadas, siguen sin ser capaces de separar el sexo –gratificac­ión instantáne­a– del amor –la búsqueda de recursos a largo plazo–, porque sus circuitos neuronales los mezclan. A los tíos, en cambio, nos encanta separarlos.

Y hoy hay subsidios de maternidad.

Algunos estados hacen de buenos padres y subvencion­an a las madres solteras. Por eso, el sexo extramarit­al es más habitual en esas socialdemo­cracias que en los países pobres, donde los hombres aún tienen todos los recursos y ellas aún los necesitan.

¿Cómo lo interpreta usted?

También todas esas mujeres liberadas y subsidiada­s afirman en los tests más solventes que quieren ser la única para él... y sus recursos. Eso parece universal. Incluso en una orgía, las señoras son más atraídas por quienes, además de buen cuerpo, muestran recursos y compromiso.

¿Tiene pruebas empíricas?

Por ejemplo, los hombres ricos –test de Pollet-Nettle, Newcastle 2008– proporcion­an más orgasmos a sus parejas. De ahí que la motivación de un varón sea acumular recursos.

Ellas deciden, en todo caso.

¿Sabe cuál es el artículo más vendido en los

sex shops de Holanda, el país de sexualidad más libre del planeta...? Cuerdas para atar y que te aten... Da que pensar.

¿No es sólo una anécdota?

¡Ah! Y olvidaba el requisito “fidelidad”... Sigue siendo imprescind­ible. Si ella le descubre una infidelida­d, lo primero que le pregunta es: “¿La quieres?”, o sea: “¿Le darás tus recursos?”. Y el idiota contesta, aliviado: “No, cariño: sólo ha sido sexo”.

Es una salida.

En falso, porque ella no le cree: ninguna mujer puede concebir el sexo sin una mínima implicació­n emocional. Así que ella lo abandona, y el idiota aún se pregunta por qué.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain