Evacuación masiva de turistas en Indonesia
Al menos 98 indonesios muertos en Lombok y miles de turistas evacuados
Un terremoto de magnitud 7 más el recuerdo del devastador tsunami del 2004 han provocado escenas de pánico en la isla indonesia de Lombok. Se producía en la noche del domingo, tan sólo una semana después de otro temblor –de magnitud 6,4– que causó 17 muertos. Anoche se contabilizaban al menos 98 fallecidos, todos ellos de nacionalidad indonesia, y cerca de 300 heridos. A pesar de que Lombok es uno de los principales destinos de vacaciones en Indonesia, no se cuenta ningún turista entre las víctimas mortales, pero los intentos de los extranjeros por ponerse a salvo abundaron en una sensación de caos. El aeropuerto de la principal ciudad de Lombok, Mataram, no cerró anoche para facilitar la salida de los turistas del país.
El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres, Sutopo Purwo Nugroho, adelantaba en la tarde de ayer que el número de muertos se incrementaría sin duda y que los daños en el norte de Lombok eran “masivos”. Más de 13.000 viviendas y edificios de todo tipo quedaron destruidos o seriamente dañados. El corte de fluido eléctrico y de las comunicaciones, la destrucción de un puente y los corrimientos de tierras complicaron el acceso a la zona. Los equipos de rescate utilizaban ayer maquinaria pesada para abrirse paso. La Armada envió un barco con suministros, y la fuerza aérea, tres aviones Hércules y dos helicópteros. Especialmente preocupante era una mezquita en la localidad de Lading-Lading que quedó reducida a un montón de escombros. A la hora en que se produjo el seísmo, las 19.45 hora local, había un número indeterminado de personas en su interior.
La mayoría de las víctimas mortales se encontraban en la zona montañosa del norte de la isla, lejos de los principales emplazamientos turísticos de playa, que están localizados en el sur y el oeste. Sin embargo, la ciudad de Mataram también resultó afectada. Los hospitales quedaron enseguida colapsados, y se atendía a los heridos en los aparcamientos. El hospital principal de Tanjung quedó dañado y hubo que sacar 30 camas al exterior, bajo los árboles, y montar una carpa. “Lo que más nos falta es personal de enfermería, no tenemos bastante, y también necesitamos medicinas”, dijo a Afp un portavoz del hospital central de Mataram.
Desde la tarde del domingo hasta la de ayer se habían registrado más de 120 réplicas –una de ellas, de magnitud 5,2, por la mañana–, que obligaron a mucha gente a dejar sus casas e instalar toldos y carpas, dispuestas a pasar la noche del lunes al aire libre, bien porque sus hogares estaban destruidos, bien por temor a quedarse bajo techo. El número de desplazados por el desastre se calculaba en al menos 20.000 personas.
Más de 10.000 personas habían sido evacuadas de las zonas afectadas 24 horas después del seísmo. Unas dos mil de ellas eran turistas que se encontraban en tres islotes próximos a Lombok, Gili Trawangan, Gili Meno y Gili Air, que son destino habitual de mochileros y de amantes del buceo. Tres embarcaciones fueron enviadas a los islotes, en cuyas playas se concentraron en masa los turistas. No hubo víctimas a consecuencia del
LEJOS DE LAS PLAYAS La mayoría de las víctimas se hallaba en una zona montañosa de la isla de Lombok
ECOS DEL 2004 Una alerta temprana de tsunami, anulada poco después, hizo temer lo peor
temblor, salvo heridos leves. En Trawangan, el mayor de los islotes, algunos habían buscado refugio por la noche en una colina, temerosos de que se produjera un tsunami.
No obstante, una alerta temprana de tsunami lanzada poco después del seísmo fue rápidamente anulada por la Agencia Meteorológica de Indonesia. Se trataba de una alarma en su grado más bajo, ya que sólo se habían registrado olas de 15 centímetros por encima de lo normal.
Durante todo el día se formaron largas colas en el aeropuerto de Mataram. Varias aerolíneas añadieron al menos 18 vuelos a los corrientes para evacuar a los turistas que habían decidido interrumpir sus vacaciones. Las autoridades aeroportuarias organizaron a los viajeros por su origen: de manera básica, europeos por un lado y australianos por otro.
En el aeropuerto de Denpassar, en Bali, el techo tembló, pero no llegó a desplomarse. A 80 kilómetros al oeste de Lombok, Bali también sintió el temblor –que destruyó un centro comercial– y dos personas resultaron muertas.
Precisamente en Bali estaban previstas para estos días dos conferencias internacionales sobre seguridad. La primera, que se debía celebrar ayer y hoy, sobre el llamado proceso de Bali contra el tráfico de personas. Estaban invitados a ella representantes de 42 países, agencias de las Naciones Unidas e Interpol. Esta conferencia no fue cancelada, pero sí la que debía tener lugar el 10 de agosto sobre lucha antiterrorista, con 35 países convocados. El ministro del Interior de Australia, Peter Dutton, se hallaba precisamente cenando con su delegación en el duodécimo piso de un hotel de Lombok cuando se produjo el seísmo, que dejó el edificio a oscuras.
Según el Observatorio Geológico de Estados Unidos, el temblor tuvo una magnitud de 6,9 y se produjo a una profundidad de 30 kilómetros. La medición en Indonesia registró una magnitud de 7.
Indonesia, un archipiélago de más de 17.000 islas e islotes, se encuentra en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, especialmente sensible a los fenómenos sísmicos, unos 7.000 al año, en general sin mayores consecuencias y en ocasiones con efectos catastróficos, como el que provocó en el 2004 un tsunami que segó la vida de 226.000 personas en trece países de la región, 120.000 de ellas sólo en Indonesia.
El temblor del pasado 29 de julio ocasionó diecisiete muertos, además de dejar incomunicados a cientos de excursionistas en el volcán Rinjani.