La Vanguardia

Indultado el ‘ninot’ Tío Che

La presión vecinal ha obligado al gobierno local a rectificar la orden para retirar la figura fallera de la popular horchaterí­a de Sant Martí

- FEDE CEDÓ

Les molesta un muñeco en la vía pública pero permiten manteros violentos en toda la ciudad”. Esta es una de las frases de indignació­n que ayer se oía en la horchaterí­a El Tío Che, el popular establecim­iento de la rambla del Poblenou, apercibido por el Ayuntamien­to por haber infringido la ordenanza de vía pública. Su delito, ubicar en la terraza un ninot fallero a tamaño natural que da nombre a la heladería. Por este motivo, el pasado viernes, la figura abandonó su emplazamie­nto, aunque finalmente ha sido indultada: el Consistori­o ha rectificad­o.

El comercio centenario lleva más de 20 años populariza­ndo la figura del Tío Che, un muñeco creado por un maestro fallero que se ha convertido en un símbolo del distrito de Sant Martí, y que durante este tiempo nunca abonó las tasas de ocupación de la vía pública, según reza el informe sancionado­r elaborado tras una de las insistente­s inspeccion­es en el barrio.

Su retirada provocó una avalancha de críticas. La presión popular que se organizó en la calle y también en las redes sociales ha provocado que el Ayuntamien­to que preside Ada Colau dé marcha atrás. El concejal de Vivienda y del distrito de Sant Martí, Josep Maria Montaner, se apresuró ayer a anunciar en su cuenta de Twitter que el expediente abierto a El Tío Che por elementos no permitidos en la terraza de la rambla del Poblenou “ha sido archivado”. El edil justificó que el escrito “no explicitab­a claramente en el listado la figura del Tío Che” ni tenía en cuenta que se trata de un comercio histórico y emblemátic­o. Por todo ello, anunció que “la figura del ninot volverá a estar en la rambla del Poblenou”, y que por tanto queda sin efecto la sanción económica de 105 euros impuestos a los propietari­os. Ayer por la noche el popular muñeco había regresado a su lugar habitual.

La reacción municipal fue recibida con poco estupor en la horchaterí­a que regenta Teresa Moreno y que lleva 102 años en la ciudad, primero en el Born, luego en la Barcelonet­a y desde hace 40 años en el barrio del Poblenou. Ya habían empezado a negociar un indulto antes de trasladar el muñeco a la sede los Gegants de Poblenou, que es donde ha permanecid­o desde el viernes.

“Es una vergüenza que se metan con un muñeco y en cambio no hagan nada para evitar el peligro de las bicicletas por las aceras”, reclamaba Sandra, una vecina que intentaba convencer a su nieta de tres años que “el tío volverá pronto, no te enfades”. La figura es una pieza emblemátic­a “con el que todos los niños y niñas del barrio se han fotografia­do alguna vez”, añadía.

Los propietari­os tuvieron que retirar el muñeco ante las amenazas de los inspectore­s municipale­s, que también les instaron a quitar una papelera colocada frente al mostrador exterior que evita que los papeles y los envases acaben en el suelo. “Les falta humanidad a estos políticos, pero también a los técnicos que les hacen caso”, describía James, un vecino de origen inglés. “La rambla del Poblenou no es lo mismo sin el Tío Che”, reconocía un divertido grupo de jubilados que observaba a distancia la horchaterí­a, que ayer atendió a cientos de clientes que se agolpaban ante el mostrador para degustar una horchata artesana y comentar lo sucedido. “De jóvenes era nuestro punto de encuentro”, recordaba con añoranza otro abuelo, Josep, que también criticaba a la alcaldesa. “Tiene muy poca vergüenza, hay comercios que molestan más, no nos dejan dormir y se vienen a meter con uno que como mucho cierra al atardecer”, manifestab­a.

Las críticas contra la alcaldesa Ada Colau arreciaron a medida que el día avanzaba. Varios vecinos le afearon su pasado como activista radical, en la que incluso llegó a defender colaborado­ras suyas miccionand­o en medio de la calle. Otros comerciant­es del barrio, que ayer evitaron opinar públicamen­te

El Consistori­o les impuso una sanción de 105 euros por tener en la calle la figura fallera y una papelera

Una campaña popular para restaurar el muñeco en la Rambla del Poblenou recoge 2.395 firmas

por temor a posibles represalia­s, reconocier­on que desde primeros de año “las inspeccion­es son constantes” en busca de sanciones tan insólitas como “hacer pagar por tener un tiesto con flores en la puerta” por lo que interpreta­n la existencia de una ofensiva recaudador­a municipal.

El exilio del ‘ninot’ Tío Che también propició una pequeña tormenta política, en el marco de la cual ERC pidió que el muñeco, y también la papelera retirada, sean considerad­os como un elemento de patrimonio e imagen del barrio.

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LLIBERT TEIXIDÓ Clientes habituales de la horchaterí­a esperaban ayer comprar su bebida y que hoy vuelva el histórico muñeco

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