Lloret de Mar restringe el tabaco en sus playas
Cuatro vigilantes advierten a los bañistas de la medida, que de momento no prevé sanciones económicas
Los Ramírez, de Breda, han contabilizado las colillas que han encontrado semienterradas en la arena de un extremo de la playa de Fenals, en Lloret de Mar, durante una calurosa mañana de domingo. “Sólo dos”, dice el benjamín mientras se sacude la arenilla que le ha quedado entre los pies. La culpa de que las colillas en un tramo de playa se puedan contar con los dedos de una mano –algo poco habitual en el litoral– la tiene la iniciativa impulsada por el Consistorio de delimitar espacios libres de humo en los arenales del municipio.
Las playas de Santa Cristina, Fenals, Canyelles y la principal de Lloret cuentan este año con zonas libres de humo específicamente señalizadas con unas banderolas de tela que, en siete idiomas, informan a los bañistas de que deben abstenerse de encender un cigarrillo. La restricción es total a lo largo de los 250 metros de la cala virgen de Sa Boadella. Resultado: los depósitos de colillas están este verano menos llenos que de costumbre. La reducción de los pitillos, que pueden llegar a tardar diez años en degradarse, y la disminución del consumo de tabaco es el doble objetivo de la iniciativa muy aplaudida por familias con niños.
Cuatro vigilantes contratados a través de un plan de ocupación de la Generalitat recorren los tramos a pie para advertir y alertar a los infractores, aunque de momento saltarse la norma no implica sanción económica alguna porque la ordenanza de civismo aún no lo contempla. El concejal de Medio ambiente del Ayuntamiento de Lloret de Mar, Jordi Orobitg (ERC), confía en que la pedagogía será suficiente para cambiar hábitos por muy arraigados que estén.
A pocos metros de una zona infantil, Ismael, un vecino de Badalona, fuma un cigarrillo sentado sobre su toalla. Asegura que no ha visto la señal que lo prohíbe y que no comparte la iniciativa. Se lamenta de que “en la playa ya hay demasiadas restricciones” y argumenta que existen otros elementos más contaminantes que un cigarrillo como son las embarcaciones. Sin embargo, la medida propicia mayoritariamente reacciones positivas. Es el caso de Lila Márquez, de Cádiz, que ha acompañado a su hija y su nieta de dos años y medio en sus vacaciones por la Costa Brava. “Debería extenderse a todas las playas”, dice.
La voluntad del Consistorio cuando en enero aprobó la moción, impulsada ICV-EUiA, para que las playas de Lloret fueran declaradas espacios sin humo era más ambiciosa y contemplaba la restricción total. Orobitg explica que a finales de temporada analizarán el grado de cumplimiento y si es necesario incorporarán multas. En la moción, también se instaba a crear una red de playas sin humo.
En la Costa Brava, Sant Feliu de Guíxols fue pionera y en el 2012 habilitó dos espacios para no fumadores en Sant Pol y la principal de Sant Feliu. El concejal de Turismo, Salvador Calabuig, destaca el alto grado de cumplimiento por parte de los bañistas desde entonces.
La prohibición de no fumar es total a lo largo de los 250 metros de la cala virgen de Sa Boadella