La Vanguardia

Jessica Vall

La catalana revalida la medalla de hace dos años reivindica­ndo su edad para competir

- TONI LÓPEZ JORDÀ

NADADORA

La barcelones­a Vall (29) se colgó ayer la medalla de plata en los 200 metros braza de los Europeos de Glasgow. Es el primer metal de natación de España en el campeonato, el cuarto si se suman los tres de natación artística.

“Esta medalla me hace volver a sentir que el deporte es un juego en el que unas veces se gana y otras se pierde, y aunque tenga 30 años –que cumpliré el 22 de noviembre, por si alguien quiere felicitarm­e– me siento afortunada de poder estar jugando a mis casi 30 años”. Con esta reivindica­ción de la madurez, de la fortaleza y el aplomo que también da la edad, la barcelones­a Jessica Vall, nadadora del CN Sant Andreu, celebraba la plata que se acababa de colgar en los 200 m braza, su prueba fetiche, en la que había cosechado sus mejores éxitos en los últimos cuatro años.

Una plata que abre la cuenta de la delegación española en natación, que confiaba ciegamente en las opciones de Vall y de su rival y amiga Marina Garcia, que fue cuarta, a sólo 2 décimas del bronce, que conquistó la británica Molly Renshaw. El oro fue para la reina de la braza, la rusa Yuliya Efimova, que también se había impuesto en los 100 m (donde Vall fue 4.ª y Garcia, 6.ª).

Con la plata conquistad­a en Glasgow, Jessica Vall (Barcelona, 1988) suma ya cuatro medallas en los grandes campeonato­s, la plata en el anterior Europeo 2016 y los bronces en el Mundial 2015 y en el Europeo 2014, todos ellos en los 200m braza. A ellos se suman los éxitos en piscina corta (25m), un oro en 200 braza y un bronce en 100 braza, ambos en el Europeo 2017.

Unos triunfos que para Jessica Vall quedaban muy lejanos. “Cada medalla da una sensación o un recuerdo diferente. Ésta me ha hecho especial ilusión porque he pasado unos años difíciles, sobre todo después de los Juegos (Olímpicos de Río), en cuanto a seguridad y confianza”, comentaba la barcelones­a, que no había tenido grandes resultados, y llegaba a este Europeo con el objetivo de estar en las finales de su especialid­ad.

Si el sábado en los 100 braza no tuvo opción, ayer en los 200 estuvo pletórica. Completó el primer 50 en tercera posición, detrás de las británicas Renshaw y Tutton con una salida fulgurante. “Sabía que tenía que nadar en 2m22s o 2m23s para estar en posición de medalla; quise salir más valiente que otras veces, por delante de la danesa Rikke Moeller Pedersen, que estaba a mi lado, para marcar un poco de terreno”, explicaba.

En el segundo largo, 100 m, Vall ya lideraba la final, con Marina Garcia segunda, pero camino de los 150m atacó, como Jessica esperaba, la rusa Efimova, que encabezaba la prueba para encarar los últimos 50 m, con Vall de nuevo tercera, detrás de Renshaw, a 12 centésimas. De modo que esa última piscina era vital. “En el último 50 me faltaban fuerzas, pero he apretado los dientes y me he acordado de todas las series que había hecho en Sierra Nevada y en Font Romeu, y esta vez ha habido premio, no como en el 100”, expresaba la barcelones­a, la más veterana de los 17 nadadores de la expedición española y líder en ausencia de Mireia Belmonte.

Jessica, todo “un ejemplo” según Fred Vergnoux, una nadadora que explotó muy tarde (a los 24), que priorizó su carrera de Biomedicin­a, volvía a sonreír no sólo por la plata, sino también por las sensacione­s que había tenido, “con las ganas y la seguridad de antes de nadar; es algo que he ido mejorando durante el año”. Su objetivo era estar en las tres finales de braza (50, 100, 200). Hoy le tocará competir en el sprint. “Hay que cambiar el chip. Las opciones a priori de estar en la final son más complicada­s, pero no deja de ser un reto importante y hay que ir a tope”.

Marina Garcia (24), la otra gran baza española de medalla, se quedó a sólo dos décimas del bronce. La barcelones­a del CN Sabadell era 6.ª en los primeros 50 m, en un segundo largo soberbio llegó hasta la segunda posición, pero bajó al cuarto a los 150 m, que mantuvo ante la danesa Pedersen, la plusmarqui­sta mundial. El 4.º es su mejor resultado en unos Europeos en 200m; en el 2012 fue bronce en los 100m.

En otras finales del día, la madrileña Jimena Pérez acabó 6.ª en los 1.500 m libres, rebajando su mejor marca personal (16m16s41), pero muy lejos del podio (a 13s). En el 4x200m (M), España, con Melani Costa, África Zamorano, Esther Murillo y Lidón Muñoz, fue 5.ª. Melani llegó a encabezar la final en el primer relevo, pero sus compañeras fueron superadas por británicas, rusas, alemanas y francesas.

También hubo representa­ción española en la final de salto de trampolín 1 m, con Nicolás García Boissier, que fue 9.º.

En la jornada de hoy vuelve a una final Hugo González, ahora en los 200 m espalda (18.32h). El balear se ganó una plaza con el 8.º mejor tiempo de las semifinale­s, por los pelos, pese a haber sido 3.º en su serie. El de Palma tendrá difícil igualar su 4.º puesto de los 200m estilos. También compiten hoy Cristina García Kirichenko (CN Lleida) y África Zamorano (CN Sant Andreu) en los 200 m espalda.

LA CONFESIÓN DE VALL

“El deporte es un juego, y con esta medalla me siento afortunada de poder estar jugando a mis casi 30 años”

MARINA GARCÍA, POR LOS PELOS La barcelones­a del CN Sabadell se quedó a sólo 2 décimas de la medalla de bronce en los 200 braza

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PATRICK B. KRAEMER / EFE Jessica Vall disfruta de su segunda posición en la final de los 200 m braza, que le valió su tercera medalla consecutiv­a en unos Europeos

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