Cosmogonías
Festival Santa Florentina
Intérpretes: Cosmos Quartet Lugar y fecha: Castell Jalpi de Arenys de Munt (14/VIII/2018)
Muchos niños en edad de aprendizaje musical entre un público no tan numeroso como cuando cantan los tenores, pero muy atento, sensible y bien dispuesto a escuchar la propuesta de los jóvenes músicos de este nuevo cuarteto de cuerdas que está dando pasos muy firmes. De hecho, desde aquel primer premio en el Concurs Mirabent de Sitges de hace algunos años, han llegado ahora a obtener el muy prestigioso de Heidelberg, merecido a juzgar entre otras cosas por su versión del Presto final del Cuarteto op. 64 n.º 6 de Haydn con que cerraron el concierto: agilidad, sentido de la musicalidad, un lenguaje aéreo muy en estilo y precisión.
El Cosmos Quartet es una de las muestras de la buena situación musical de nuestra generación joven, y detrás de él vienen felizmente otros. Por ello hay que dar cabida a estas tan difíciles y complejas iniciativas; difíciles en cuanto a que requieren un trabajo fuera de lo común, coordinación, buena disposición de cuatro ya importantes músicos, una concepción homogénea y profunda de los estilos y un ejercicio sistemático. En las obras escuchadas se pudieron revelar la calidad de los cuatro componentes; en el Cuarteto n.º 3 del opus 67 de Brahms, de complejísima estructura y atractivo simbolismo y significado, de manos de un compositor ya maduro que tardó mucho en abordar el género cuartetístico así como el de la sinfonía, por el gran respeto que le imponía el pasado beethoveniano.
Brahms muestra aquí su cercanía al clasicismo galante y a la complejidad del contrapunto romántico en que es maestro. Y ambos gestos fueron bien comprendidos por el cuarteto, y sobre todo la musicalidad y el buen sonido de la viola en manos de Lara Fernández, y su excelente partenaire en este caso, la concertino Helena Satué, de exquisito sonido también en otros momentos del programa. En este Brahms también brillaron las cualidades del se- gundo violín Bernat Prat, al igual que el sólido basamento del violoncelo Oriol Prat. Como ven, todos de aquí y ¿ya internacionales!
Un programa que comenzó con el delicioso Quartettsatz de Schubert con sutilezas en el color y la búsqueda de sonoridades, en un ambiente complejo para la cuerda por ser al aire libre. De esta síntesis del primer romanticismo el Cosmos pasó a uno de los alegatos contra el ruido en una época de guerras como son las Cinco piezas op. 5 de Webern, un culto a la síntesis y la expresión muy bien expresada en esta ocasión, y –subrayo– muy bien aceptada por el público.
A Webern siguió una versión especialmente sutil, plena de musicalidad y carácter de Vistes al mar de Toldrà con los poemas de Maragall. Brahms y Haydn cerraron la secuencia de estos importantes planetas en brillante interpretación. Ah, y de celebrar que algunos alcaldes como el de Arenys de Munt no se pierdan estos conciertos tan importantes para sus poblaciones.