La Vanguardia

Boris Vian, con voz del siglo XXI

Joan-Lluís Lluís traduce al catalán ‘L’arrencacor­s’, la última novela del autor francés, que murió a los 39 años

- MAGÍ CAMPS Barcelona

El 29 de julio, un tuit con una foto de la portada de L’arrencacor­s de Boris Vian rezaba: “Esta novela es una maravilla, ya lo sabíamos. Pero ahora el Club Editor la acaba de publicar en una traducción de Joan-Lluís Lluís que es magistral. ¡Qué riqueza de lengua! No me quito el sombrero porque no llevo”. El tuit era de Quim Monzó y ha obtenido más de 440 retuits y casi 1.400 me gusta. El Premi d’Honor de les Lletres Catalanes de este año ha declarado numerosas veces que el autor francés es uno de sus referentes de juventud, y con su tuit bendecía el libro y la versión catalana que ahora se ha publicado.

Boris Vian vivió 39 años (19201959) y, además de a la novela, tuvo tiempo de dedicarse a muchas otras disciplina­s, como el cabaret y el jazz –tocaba la trompeta–, fue periodista e ingeniero –en la foto se le ve en el taller montando uno de sus artilugios–, y también hizo cine y escribió teatro. El título de su primera novela firmada con seudónimo (Vernon Sullivan) ya fue una declaració­n de intencione­s: Escupiré sobre vuestra tumba (1946); y también la canción Le déserteur, escrita al final de la guerra de Indochina, donde denunciaba la absurdidad de enviar a los jóvenes a verter su sangre en un conflicto absurdo.

A la iniciativa de publicar L’arrencacor­s, la última novela de Vian, se añade la calidad de la traducción de Joan-Lluís Lluís, el novelista rosellonés, que la ha llevado a cabo a partir de una propuesta de Club Editor, que le dio carta blanca. La editora, Maria Bohigas, le propuso que escogiera una obra francesa que le apeteciera traducir y le dio barra libre. Joan-Lluís Lluís propuso esta novela, y Bohigas lo consideró una propuesta excelente.

En palabras de Joan-Lluís Lluís, Boris Vian es “un meteorito, un hombre que lo sabía hacer todo. Y sabiendo que lo sabía hacer todo, también sabía que tenía poco tiempo para hacerlo. De ahí las prisas. Y por culpa de las prisas algunas de sus obras son algo cojas, no debió de tomarse mucho tiempo para revisarlas. Además, muriendo a los 39 años, todavía no se había deshecho de algunos tics de picaresca estudianti­l, y eso, quizás, le ha impedido tener una influencia real en los escritores posteriore­s, a pesar de haber marcado la mente de generacion­es enteras de lectores”.

Paradójica­mente, Boris Vian murió de un ataque cardiaco viendo el estreno de la versión cinematogr­áfica de su novela Escupiré sobre vuestra tumba, habiendo denunciado a los productore­s y habiendo pedido que sacaran su nombre de los títulos de crédito.

Lluís explica por qué, cuando la editora le hizo la propuesta, él escogió L’arrencacor­s: “Diría que sólo dos novelas de Vian son buenas de verdad: esta y La espuma de los días, que ya existe en catalán. Me pareció que en realidad no tenía ninguna otra opción”.

Sobre la influencia que ha podido tener el autor francés en su obra, dice: “Influencia literaria directa, no. Pero sí con respecto a la asunción de una cierta libertad de creación y de exploració­n de mundos interiores”.

Y preguntado sobre las dificultad­es que se ha encontrado cuando ha acometido la traducción, aporta algunos detalles: “No fue una traducción de coser y cantar y de entrada debo decir que la traducción contó con la implacabil­idad de Maria Bohigas, que no escatimó ni observacio­nes ni sugerencia­s con el fin de mejorar el texto. El hecho de que ella y yo hayamos sido educados en la escuela francesa y hayamos leído Vian en francés cuando éramos adolescent­es nos ha permitido confrontar puntos de vista de manera fructífera. Con respecto a los criterios: ponerse al servicio del texto, con humildad y rigor, pero también y sobre todo con imaginació­n: para traducir a Vian, es indispensa­ble que el traductor active su imaginació­n y su capacidad de creación, siempre al servicio de la obra original”.

Ante el éxito que está teniendo esta versión, es inevitable que le preguntemo­s, sin dejar de lado su tarea creativa, qué otro libro le gustaría traducir: “Sin lugar a dudas, L’avalée des avalés, del quebequés Réjean Ducharme, una de las mejores novelas en lengua francesa del siglo XX. Un autor de primera magnitud, desconocid­o en Catalunya, pero también poco conocido en Francia por el hecho de que era del Quebec. Esta novela es tan importante en Quebec como La plaça del Diamant lo es en Catalunya”. La emblemátic­a obra de Ducharme fue traducida al castellano en el 2009 con el título El valle de los avasallado­s y se sitúa en los años sesenta en Montreal, durante la denominada revolución tranquila.

El autor francés murió de un ataque cardiaco viendo el estreno cinematogr­áfico de su primera novela

“Diría que sólo dos novelas de Vian son buenas de verdad: esta y ‘La espuma de los días’”, afirma Lluís

“Vian es un meteorito, lo sabía hacer todo, y también sabía que tenía poco tiempo; de ahí las prisas”

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ARCHIVO El escritor Boris Vian en su taller, donde almacenaba utensilios varios y montaba todo tipo de ingenios
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MONTSE GIRALT / ARCHIVO Joan-Lluís Lluís, el traductor

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