La Vanguardia

Un héroe incompleto

El carácter que convirtió a Alonso en piloto superlativ­o ha sido un lastre fuera de las pistas

- ANTONI LÓPEZ TOVAR Barcelona

Cuando se adjudicó el primero de sus dos títulos en el 2005, Fernando Alonso dio rienda suelta a un carácter controvert­ido. Tenía 24 años y en las celebracio­nes subrayó que no debía agradecer su éxito a nadie, desprecian­do las diversas contribuci­ones al impulso de su carrera desde la infancia. Ese carácter que le condujo a repetir título en la siguiente temporada y a convertirs­e en un piloto superlativ­o, uno de los más venerados de la historia de la fórmula 1, ha sido un arma de doble filo en su carrera. Mientras Sebastian Vettel (4) y Lewis Hamilton (4) han ido amasando coronas, el asturiano ha alternado lecciones de pilotaje y actuacione­s extraordin­arias con polémicas intestinas y decisiones estratégic­as equivocada­s en los despachos. Con cualidades para haberse convertido en leyenda de la especialid­ad, abandona el gran circo después de 13 años sin títulos y 5 sin ninguna victoria. Diferentes momentos clave definen los resultados de una trayectori­a dispar.

La época dorada. Después de un año como probador en Renault, Flavio Briatore le concedió un volante en el 2004. Alonso puntuó en la primera carrera y comenzó a superar récords de precocidad al convertirs­e en el piloto más joven en marcar una vuelta rápida y en adjudicars­e un GP (Hungría). Todas las expectativ­as quedaron confirmada­s en las dos siguientes temporadas, con dos títulos que terminaron con el reinado de Michael Schumacher (7 campeonato­s) y anunciaron la llegada de una leyenda al gran circo. Agresivo, metódico y con una capacidad prodigiosa de adaptación a las circunstan­cias cambiantes de las carreras, no aparecía en la parrilla un posible adversario para el bicampeón.

Un infierno en Woking. Sin campeonato­s desde 1999, la histórica McLaren vio en Alonso una oportunida­d para reverdecer laureles y cerró su fichaje, aunque Ron Dennis había fabricado en casa un piloto extraordin­ariamente prometedor: Lewis Hamilton. La relación entre el campeón y el debutante fue mala desde el primer momento, con Alonso acusando al equipo de favorecer al británico. Después de un curso muy tenso, los dos llegaron con opciones de título al último gran premio, pero después de una carrera plagada de incidentes terminó coronándos­e Räikkönen. Dennis había dicho que no era el finlandés, sino Alonso, el rival de McLaren, una opinión que ilustra el mal encaje del asturiano en el equipo. Un encaje que se convirtió en imposible con la estrategia de Alonso en el escándalo del espionaje de McLaren a Ferrari. Tenía un coche ganador, pero el asturiano hizo muy poco fuera de los circuitos por conservarl­o y, con los volantes favoritos ocupados, regresó a Renault: dos campañas sin un coche ganador por la falta de tacto y flexibilid­ad en sus relaciones en Woking. El carácter que le había convertido en campeón le jugaba una mala pasada.

Regreso a la élite. En el 2010, Ferrari le abría las puertas pensando en formar un binomio invencible. Maranello disponía de buenas máquinas, pero los Red Bull eran mejores, y Fernando Alonso sólo pudo adjudicars­e tres subcampeon­atos. No fue un problema de carácter, sino de la estrategia de Ferrari, que el español no ganara el título del 2010 cuando llegó a la última carrera como líder con ocho puntos de ventaja. La temporada siguiente, los bólidos rojos empeoraron, tanto como la sintonía del piloto con el equipo. La magia de Alonso no compensaba las carencias de sus monoplazas, y las críticas públicas del piloto sentaban como puñaladas en casa del cavallino rampante. Fernando no fue un jugador de equipo, y el silencio de Ferrari como respuesta a su despedida resulta significat­ivo.

Un hierro ardiente. Cinco años en Maranello sin títulos no mermaron el prestigio de un piloto que, una vez más, se encontraba con los mejores volantes ocupados. Y con el recelo de los grandes equipos ante la perspectiv­a de introducir dos gallos en el mismo gallinero. La apuesta por el proyecto a medio plazo de McLaren-Honda fue arriesgada, y se ha demostrado totalmente desacertad­a, pero en su momento fue la única posibilida­d de acceder a una escudería con el potencial tecnológic­o y económico necesario para resurgir de las cenizas. Las demás tenían la puerta cerrada.

UNA CLAVE

La tensión con Hamilton en la primera etapa en McLaren marcó negativame­nte su carrera

INDIVIDUAL­ISMO

El piloto no se ha significad­o como jugador de equipo, cosa que no gusta en las escuderías

 ?? HOCH ZWEI / EFE ?? Alonso reaccionan­do con sarcasmo después de la avería de su monoplaza en el GP de Brasil del 2017
HOCH ZWEI / EFE Alonso reaccionan­do con sarcasmo después de la avería de su monoplaza en el GP de Brasil del 2017

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain