La Vanguardia

Aretha Franklin

La reina del soul fallece a los 76 años

- RAMON SÚRIO

Con la desaparici­ón de Aretha Franklin –fallecida ayer en su casa de Detroit– se pone fin a una de las páginas más brillantes de la música afroameric­ana, como referente de una época –la edad de oro de la música popular– y también como personaje que trascendió su ámbito para convertirs­e en alabado icono del orgullo negro.

Fue la divina Aretha –“Cada vez que cantaba nos arrojaba un resplandor divino”, dijo ayer Obama; “Tenía un don divino, trajo alegría a millones de vidas”, manifestó Trump–, que vivió los problemas raciales mientras cantaba góspel en una iglesia baptista de Detroit, donde ejercía de ministro su padre. Fue la Aretha que subió a los más altos estamentos del pop, en sus gloriosos días en el sello Atlantic, y que descendió también a los infiernos de la violencia conyugal, en su primer matrimonio, y a la lucha contra el sobrepeso, asumiendo dietas drásticas y recaídas.

Fue también una fumadora empedernid­a que abusó del alcohol y a la que en el 2010 le diagnostic­aron un cáncer de páncreas, con el que ha estado luchando hasta ahora, a sus 76 años. Tras cancelar muchos conciertos en esta última etapa de su vida, hizo un acopio de esfuerzos para cantar en la gala benéfica que organizó Elton John en la catedral anglicana de Nueva York, el pasado noviembre, interpreta­ndo unos éxitos entre los que no faltó I say a little prayer. Vestida de manera elegante, su extrema delgadez era un agudo contraste con los volúmenes de otras épocas. Su cuerpo estaba maltrecho, pero la voz seguía sonando emocionant­e, como cada vez que escuchamos una de sus grandes canciones.

En la biblia del soul Sweet soul music, Peter Guralnick explica que Otis Redding dijo a Jerry Wexler –el inventor de la expresión rhythm and blues y productor fetiche de Aretha– que cuando la oyó cantar la versión de su Respect reconoció que la había perdido, que ella había hecho suya tan mítica canción. Era la primavera de 1967 y Aretha había transforma­do una canción que habla de una demanda conyugal en un grito de libertad. Tenía sólo 25 años, pero ya atesoraba una larga experienci­a, primero como niña prodigio del góspel y luego con unos fracasados escarceos de teenager, que le llevaron a grabar ocho álbumes para Columbia, en los que los productore­s no lograron realzar las grandes cualidades que se le adivinaban en directo. El éxito de Respect supuso la confirmaci­ón de que el sello Atlantic iba en la buena dirección para arrebatar a Motown el trono de la música soul.

En otro libro fundamenta­l, Historia del rock. El sonido de la ciudad, el musicólogo británico Charlie Gillett hace notar que Aretha Franklin fue pionera en lo que a feminizar el soul se refiere, rompiendo con la costumbre de las cantantes anteriores, obligadas a interpreta­r canciones escritas por hombres y a hacerlo de modo no provocativ­o y comercial. En la interpreta­ción de su primer gran éxito, I never loved a man (the way I love you), ya mostraba un arrebatado lirismo que trascendía los gustos del público afroameric­ano para hacer diana en la cultura pop; así se llamó también su primer álbum para Atlantic, en cuyo robusto, trepidante y tórrido sonido tuvo un papel determinan­te el hecho de haber sido grabado, en parte, en los estudios Muscle Schoals de Alabama, con productore­s del sello Stax y músicos del calibre del saxofonist­a King Curtis, coautor además de Soul serenade.

En la poderosa voz de Aretha Franklin las canciones de Sam Cooke (A change is gonna come), Rolling Stones (Satisfacti­on), Don Covay (A chain of fools) o Curtis Mayfield (People get ready) adquieren una nueva dimensión. Y no sólo vivió de soul y blues, porque la relectura del Isaya little prayer de Bacharach & David y la interpreta­ción de (You make me feel like) a natural woman, la joya que Carole King y Jerry Goofin escribiero­n para ella, incluida en el álbum de significat­ivo título Lady Soul, son de soltar lágrimas de emoción. Como las que derramaron Barack y Michelle Obama o la propia Carole King, en la interpreta­ción que hizo con orquesta y sentada al piano, cuando todo el Kennedy Center se puso en pie para aplaudirla en el 2015, tal como refleja un vídeo de YouTube que ya supera los doce millones de visionados. En el momento en el que se levanta y se

PIONERA EN FEMINIZAR EL SOUL Su arrebatado lirismo trascendía los gustos del público afroameric­ano

MÁS ALLÁ DE LA MÚSICA Referente desde muy joven e icono del orgullo negro, vendió 75 millones de discos

quita el abrigo de piel es fácil darse cuenta que estamos ante una auténtica aristócrat­a de la música y una de las mas grandes artistas americanas de todos los tiempos.

Entre 1967 y 1979 vivió la cantante y pianista su época de mayor esplendor, cuando los éxitos caían uno tras otro, dejando boquiabier­to a todo el mundo con el tratamient­o que dio al Bridge over troubled water de Paul Simon, al celebérrim­o

Spanish Harlem, con la ayuda al órgano de Dr. John, o al éxito pop

Groovin de The Young Rascals. Y a un ritmo de un par de álbumes cada año hasta 1970. Otra diana fue su relectura del Young, gifted and black de Nina Simone en una fructífera carrera para el sello Atlantic que se

significat­ivamente terminó En disco exitosa, la Arista, posterior en de 1979, publicó estudio, más con etapa sofisticad­a La en su titulado diva. con los decimoctav­o ochenta la y compañía muy menos álbumes EE.UU.–, por who? Luther como Aretha, –disco Vandross, Get cuya it de right, portada platino Who’s producido zoomin’ fue en el incluye último I knew el trabajo dueto you de were con Andy George waiting Warhol Michael (for e me), storm al y que funk, trabajos buscaban a Michael como acercar Through Jackson su y the sonido al

su new gran jack éxito swing. en Así los no años extraña noventa que fuese feminista A rose de is Lauryn still a rose, Hill. un himno

poco En por el nuevo los estudios, milenio y el se último prodigó álbum great fue diva Aretha classics Franklin (2014), que sings incluye the versiones de canciones que hicieron célebres mujeres, desde Etta James hasta Adele pasando por Gloria Gaynour, Barbra Streisand, Chaka Khan o Alicia Keys.

En sus más de 50 años de carrera ganó, entre otros, 18 Grammy, superó los 75 millones de discos vendidos y logró que más de cien singles llegasen a primeros puestos del Billboard. Una hazaña comparable a la peripecia que la llevó a impregnars­e del espíritu de Martin Luther King jr. para teñir su música de la esperanza y la libertad y que la convirtier­on en un emblema del movimiento por los derechos civiles.

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MICHAEL OCHS ARCHIVES / GETTY
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RON GALELLA / GETTY
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Una vida A la izquierda, grabando en los estudios de Atlantic Records en 1969. Más arriba, su último concierto en noviembre pasado, ya enferma, en la iglesia anglicana de Nueva York. Con el reverendo Jesse Jackson; con su ahijada, la desapareci­da Witney Houston. Y sobre estas líneas, con los Blues Brothers en Granujas a todo ritmo (1980)
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MICHAEL OCHS ARCHIVES / GETTY
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REBECCA COOK / REUTERS

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