La prensa estadounidense se une contra la “guerra sucia” de Trump
350 diarios publican editoriales simultáneos en defensa de la libertad de expresión
Dice que no los sigue, pero despotrica a diario contra los “medios falsos”, básicamente todos cuyas informaciones no le gustan y en particular The New York Times,laCNNy The Washington Post. “Son el partido de la oposición”, están “concertados” contra el presidente, clamó ayer Donald Trump tras desayunarse con 350 editoriales de diarios de todo el país en defensa de la libertad de prensa y contra lo que consideran una estrategia deliberada por parte de la Casa Blanca para descalificar a la profesión y sembrar desconfianza hacia su escrutinio.
La iniciativa partió a primeros de mes de la subdirectora del The Boston Globe, Marjorie Pritchard. Entonces contaba con que un centenar de diarios se sumaran a ella. La cifra final fue mucho mayor. No sólo grandes cabeceras como The New York Times, Miami Herald, The Atlantic o el pro-Trump The New York Post han denunciado lo que Pritchard denomina “guerra sucia” de Trump contra la prensa. Cientos de pequeños medios regionales y locales y algunas televisiones y radios de todo el país publicaron sus propios editoriales para incentivar el debate, más allá de Washington y Nueva York, sobre la importancia de la prensa en democracia y los efectos que los ataques de Trump pueden tener en la vida pública del país.
“No somos los enemigos del pueblo [como el presidente califica a los medios]. Somos el pueblo”, afirma el Valencia County News Bulletin, un pequeño medio de Nuevo México. El mensaje es el mismo, pero cada
texto es diferente. Algunos hablan de la necesidad de recuperar la confianza del público. Otros destacan los escándalos destapados por la prensa, como el Watergate (el
Post) o los abusos sexuales en la Iglesia católica (The Boston Globe).
The Philadelphia Inquirer, por su parte, recordó que el nacimiento mismo del país está ligado a la existencia de una prensa activa y libre: “La revolución americana tuvo lugar en las páginas de los periódicos, los panfletos y las octavillas que mantenían informada a la gente y difundieron las dos caras del conflicto”. Cuando el país se dotó de su propia Constitución, en la convención de Filadelfia, “la libertad de prensa era tan importante que fue recogida en su primera enmienda”.
“Criticar a los medios por no cubrir algunas historias o exagerarlas es perfectamente correcto”, escribe el Times, pero insistir en que “las verdades que no te gustan son fake
news es peligroso para la savia de la democracia”. El editorial (“La prensa libre te necesita”) termina con un ruego: “Si aún no lo ha hecho, abónese a su diario local”. Otras cabeceras de referencia como
The Washington Post o The Wall Street Journal se desmarcaron en cambio de la iniciativa, que algunos analistas ven contraproducente.
Como era de esperar, Trump no tardó en denunciar la campaña y calificar a la prensa de “partido opositor”. Su machacón mensaje va calando. La confianza en la prensa está en mínimos históricos. Y aunque el 65% de los estadounidenses cree que tiene un papel importante en democracia, el 51% de los republicanos encuestados por la Universidad de Quinniapac dijo que la considera “el enemigo del pueblo”, como la llama Trump. En sus mítines, no tiene más que decir “los medios” o “CNN” para que sus seguidores se pongan a rugir consignas contra ellos o a hostigar a los reporteros. “No creáis la mierda esa de las noticias falsas. Lo que veis y lo que leéis no es lo que está pasando”, dijo hace poco. “Nada querría más para nuestro país que verdadera libertad de prensa”, pero “mucho de lo que se hace es noticias falsas para dañar a la gente”, insistió desde Twitter, su canal predilecto para hablar sin intermediarios con los votantes.
Como los críticos de la iniciativa anticipaban, Trump acusa a los medios de ser “el partido opositor”