El juez envía a juicio a las acusadas del asesinato de Kim Jong Nam
Las dos mujeres acusadas del asesinato de Kim Jong Nam, hermanastro del líder norcoreano, Kim Jong Un, fueron instadas ayer a preparar su defensa después de que el juez del Tribunal Supremo malasio Azmi Ariffin viera claros indicios de su culpabilidad y decidiera enviarlas a juicio. La indonesia Siti Aisyah y Doan Thi Huong, originaria de Vietnam, que podrían ser condenadas a muerte, están acusadas de haber arrojado al rostro de Kim Jong Nam el agente nervioso VX, que le provocó la muerte. Los hechos ocurrieron el 13 de febrero del 2017 en el aeropuerto de Kuala Lumpur, en Malasia.
El proceso judicial se reiniciará el próximo 1 de noviembre y no concluirá hasta el año que viene. En un discurso que duró más de dos horas, el juez justificó su decisión de seguir con el proceso indicando que las pruebas presentadas durante el procedimiento, que se inició en febrero de este año, demuestran que el hecho fue “una conspiración muy bien preparada”. Ariffin dijo también no haberse sentido persuadido por el argumento de la defensa. Esta aseguraba que las acusadas habían sido engañadas para formar parte de lo que creían que era una broma con cámara oculta.
La decisión del juez no ha sentado bien en los países de las acusadas. El embajador de Indonesia en Malasia, Rusdi Kirana, aseguró estar muy sorprendido. Según Associated Press, el padre de la vietnamita, Doan Van Thanh, se encontraba tremendamente afectado ya que “tenía la esperanza de que el tribunal anunciara su inocencia”.
Aisyah, de 25 años, y Huong de 29, están también acusadas de encontrarse con cuatro hombres norcoreanos que huyeron del país la misma tarde de los hechos. Según el juez, las imágenes de las cámaras de seguridad del aeropuerto relacionan a la acusadas con los cuatro sospechosos. Estos, que las conocerían por sus nombres en clave, las habrían reclutado y entrenado para usar el agente químico empleado.
La defensa argumentó que no había pruebas suficientes que indicaran que las dos mujeres pretendían asesinar al hermanastro del líder norcoreano, argumento sobre el que se sostiene la acusación de asesinato político. Sin embargo, el juez afirmó que el hecho de que las dos mujeres atacaran “de forma coordinada” a los ojos, donde el agente penetra con más facilidad, junto al hecho de que corrieran rápidamente a baños separados para presumiblemente limpiarse justifica la acusación. Tras conocer la decisión del juez, los abogados de las acusadas aseguraron que estas fueron meros peones en un asesinato orquestado por la embajada de Corea del Norte en Kuala Lumpur.