Propuestas sin base
Puedo entender las inquietudes de Cristina Castro (“Alternativas al petróleo”, 14/VIII/2018), pero estas no deberían apoyar propuestas de ciertos personajes que son simplemente una estafa.
El motor de agua de Arturo Estévez, presentado al régimen franquista, añadía boro al agua y eso generaba hidrógeno. El problema es que hacen falta 45 litros de agua y 19 kilos de boro para producir 5 kilos de hidrógeno, y equivale a 40 litros de gasolina, que tiene un precio de unos 45 euros mientras que los 19 kilos de boro rondarían los 68.000 euros. La propuesta de usar agua reciclada e incluso orina proviene de Paul Pantone, que contó que en 1975 recibió una tecnología de una mujer misteriosa con la que tenía una conexión celestial, y que usando un 80% de líquido (agua, café, cocacola, orina...) lo convertiría en combustible volátil utilizando campos electromagnéticos y energéticos. Lo que usaba era vapor de gasolina y en el 2005 fue declarado culpable de fraude por el estado de Utah al estafar 200.000 dólares a sus inversores. El juez Hansen lo declaró incompetente para cumplir sentencia ya que según los psiquiatras que trataron a Pantone padecía delirios psicóticos y fue internado en un centro psiquiátrico hasta el 2009.
OSCAR MESTRES CLAVER Barcelona