“Estamos con vosotros”
Los Reyes asisten, en segundo plano, al acto central de homenaje a las víctimas que tuvo lugar en la plaza Catalunya
Lo primero que hizo el Rey al llegar al lugar desde donde siguió la ceremonia de la plaza Catalunya fue dirigirse a las víctimas y familiares sentados ya en las primeras filas. Poniéndose la mano en el pecho e inclinado la cabeza les hizo llegar su mensaje: “Estamos con vosotros”. Cuarenta y cinco minutos más tarde, una vez concluido el acto, los Reyes, acompañados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se acercaron a cada uno de ellos y, a continuación, regresaron de nuevo a Madrid.
Si no fuera porque suele ser el más alto, el Rey podría haber pasado ayer totalmente desapercibido. De cerca lo vieron algunos, de lejos casi nadie. Si se trataba de no restar el protagonismo a quienes eran los únicos que lo merecían, el Rey, y con él la Reina, cumplieron. Llegaron poco después de las 10.30, bajaron del coche en la confluencia de la plaza con el Portal de l’Àngel y fue la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera, quien les recibió. Un poco más adelante, camino de su posición se encontraron con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien tenía a su lado a Laura Masvidal, esposa del exconseller Joaquim Forn, actualmente en prisión. No hacían falta las presentaciones, el Rey sabía perfectamente quién era, aunque por un momento entre las personas que acompañaban al Rey (representantes de las altas instituciones del Estado) alguna pensara, por la posición que ocupaba, que era la esposa de Torra. Más tarde, Masvidal aseguró que mientras le estrechaba la mano, le dijo al Rey que no era ella, sino su marido, quien debería estar allí, aunque en las imágenes de televisión se la ve sonriendo y saludándole con toda cordialidad en los escasos cinco segundos en los que se cruzaron.
El Rey, seguido de la Reina y del presidente del Gobierno, también saludaron con un apretón de manos al presidente del Parlament, Roger Torrent, y a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Todo fue breve y casi mudo; sólo Sánchez intercambió unas palabras con Colau, que venía emocionada de la ofrenda de flores de la Rambla. La de las autoridades catalanas al Rey no fue una gran bienvenida, pero peor fue la despedida, porque no existió. Los Reyes, tras permanecer unos minutos junto a las víctimas heridas y los familiares de los fallecidos, abandonaron la plaza Catalunya por el mismo lugar por el que habían llegado. Antes se habían acercado a saludar a Gemma Nierga, presentadora del acto. El Rey le habló en catalán, y la Reina recordó los duros momentos vividos y la impresionante entereza de los afectados. Los Reyes habían aplaudido los extractos de Devociones sobre situaciones inesperadas, que el poeta inglés John Donne escribió en el siglo XVII, leído por ocho personas en los diferentes idiomas que hablaban las víctimas mortales de los atentados. Un poema que acaba con los versos: “No preguntes por quién doblan las campanas, doblan por ti”, cuya primera frase es también el título de una novela de Ernest Heminway sobre la guerra civil española. También aplaudieron los Reyes las interpretaciones de Somewhere over the rainbow, Imagine, Hallelujah y Qualsevol nit pot sortir el sol que interpretaron alumnos de la Escola Municipal de Música y del Conservatori.
Antes de partir hacia Madrid, los Reyes dejaron en Barcelona un globo blanco en el que había escrito “Sempre amb les victimes. Siempre con las víctimas”, que por la tarde, junto a otros doscientos, se lanzó al aire en memoria de las víctimas gracias a una iniciativa de la asociación de comerciantes de la Boquería. El globo, como todos los lanzados, iba sin firma.
El Rey estrechó la mano a Torra, Torrent, Colau y a la mujer del exconseller Quim Forn
Felipe y Letizia se suman al lanzamiento de globos blancos para honrar a las víctimas