La dieta rica en proteína y pobre en hidratos acorta la vida
El consumo moderado de carbohidratos favorece una vida más saludable y longeva, según un estudio publicado ayer en la revista británica The Lancet. La investigación, liderada por la especialista en medicina cardiovascular Sara Seidelmann, del Brigham and Women’s Hospital (Estados Unidos), concluye que deberían evitarse las dietas que sustituyen los carbohidratos por proteínas o grasas por su posible vínculo con “ciclos de vida más cortos”.
Encontraron que cuando se reemplaza este tipo de alimentos (desde el arroz a los garbanzos) por ternera, cordero, cerdo, pollo o queso los índices de mortalidad son mayores, mientras que con una dieta rica en proteínas vegetales (verduras, legumbres o frutos secos) disminuye el riesgo de mortalidad.
“Las dietas bajas en carbohidratos que se sustituyen por proteínas o grasas están ganando popularidad como una forma saludable de perder peso”, dijo Seidelmann. “Sin embargo, nuestros datos sugieren que estas podrían estar asociadas con una vida más corta y no se deberían recomendar”, apostilló la investigadora.
Los autores analizaron los hábitos alimentarios de 15.428 adultos de entre 45 a 64 años de diversos orígenes socioeconómicos y procedentes de cuatro comunidades estadounidenses. Durante un seguimiento de 25 años, 6.283 de los participantes fallecieron.
Y detectaron una relación entre la baja ingesta de carbohidratos y la esperanza de vida: Aquellos que tenían dietas bajas en hidratos de carbono (menos del 40% de las calorías) o altas (más del 70%) tenían una baja esperanza de vida; los que optaban por un consumo moderado (entre el 50% y el 55% de las calorías) se situaban en una alta esperanza de vida.
A partir de los 50 años, la esperanza de vida promedio era de 33 años más para el grupo con una ingesta moderada de carbohidratos. Los de bajo consumo, cuatro años menos que los moderados y los de alto consumo, uno menos.