Parada en Los Ángeles
Antes de reencontrarme de nuevo con la olvidada rutina, hice una última parada en una de mis ciudades favoritas, Los Ángeles. La niña mimada de California, la metrópoli del cambio, los sueños y la imaginación. Pasear por sus calles celebritiliza a cualquiera, y es que automáticamente te sientes dentro de un plató de grabación, del videoclip más estrambótico de Lady Gaga o enelr eality show del mismísimo clan de las Kardashian.
Poco a poco, Los Ángeles ha ido eclipsando a otra de las grandes urbes estadounidenses como es Nueva York, convirtiéndose en un foco indiscutible de arte y arquitectura. El museo Getty seguirá siendo una de mis mayores recomendaciones. Su imponente exterior blanco inspirado en las construcciones del imperio romano crea expectación nada más divisarlo y es tal su riqueza que alberga tesoros desde la antigüedad hasta el siglo XX; un lugar único en el que perderse por unas horas con la curiosidad a cuestas.
El Museo de Arte Contemporáneo también es visita obligada del turista primerizo en la ciudad de las estrellas, un espacio laberíntico para recorrer sus infinitas galerías.
En esta ocasión, me alojé en el aclamado Chateau Marmont, un hotel que engaña con su apariencia. Algo siniestro, demodé y estéticamente caduco, su llamativo cartel rojo da paso a las entrañas de un edificio que esconde infinidad de historias y anécdotas de grandes mitos del panorama cinematográfico y musical. Sus sesenta y tres habitaciones –perfectas aliadas de la codiciada privacidad y deseado anonimato–, han sido testigos de excepción de los escándalos y pasiones más ocultos del star system ,ysu emblemático restaurante es el refugio ideal para formar parte, por unos momentos, de la industria hollywoodiense en un ambiente relajado con una armonía estudiada de lo más cool.
Otra de mis paradas obligadas es el restaurante The Ivy. Su decoración colorida y su éxtasis floral cambia el humor nada más entrar. En este lugar, siempre consigo desconectar, disfrutar realmente de la compañía, del entorno risueño y de su variada carta, que lejos de ser económica no es inasequible y cuenta con productos de buena calidad. Un espacio en el que el gusto por el detalle es su máxima y el aire campestre y acogedor se palpa en todas y cada uno de sus rincones.
Ya sabéis, si vais a la californiana Los Ángeles, aparte de llevar en mente un esquema perfectamente estructurado de los estilismos, incluyendo un par de gorras y maxigafas, es altamente imprescindible llevar descargada una buena play list y amigos con mucha conversación para entretenerse durante el infernal tráfico que caracteriza una ciudad en la que soñar no es del todo gratis, pero sí, que te puedes contagiar de su buenrollismo.
Esta ciudad de California está eclipsando a Nueva York y se ha convertido en un foco indiscutible de arte y arquitectura