El campeón no se detiene
El Barça amplía su catálogo con los fichajes y se propone ganarlo todo
Un deseo de venganza deportiva atraviesa de arriba a abajo los estamentos del FC Barcelona desde que un pésimo día de la temporada pasada el primer equipo fue zarandeado en Roma y eliminado de la Champions. El sentimiento afecta a la afición, ha poseído a la plantilla por boca de su nuevo capitán Leo Messi (“este año vamos a hacer todo lo posible para que esa copa tan linda vuelva a estar en el Camp Nou”) e incluso ha contagiado al presidente Josep Maria Bartomeu, que delante de las peñas lanzó un mensaje que sonó a temerario en un club con fama de pesimista: “Intuyo que este será un año histórico”. El Barça inicia hoy La Liga Santander como su vigente campeón con ánimo de revalidarla pero como si fuera el aperitivo de un plato mayor, mucho más codiciado esta vez, el de la Copa de Europa.
Los ambiciosos discursos que propaga la entidad desde sus distintos altavoces se corresponden con lo que empieza a mostrar el nuevo equipo de Ernesto Valverde. La negativa de Griezmann a sumarse al proyecto provocó una herida tanto por el color del desenlace como por la forma en que fue anunciado, pero no alcanzó las dimensiones de la marcha de Neymar, esta sí muy difícil de asimilar. Los cuatro fichajes realizados (Arthur, Lenglet, Malcom y Arturo Vidal) aspiran a competir con los titulares y han venido acompañados de cierta contención económica, obligada después de las multimillonarias inversiones que supusieron las adquisiciones de Coutinho y Dembélé. Son estos dos futbolistas de hecho de quienes más crecimiento se espera. El brasileño, estrella internacional consolidada como demostró puntualmente en el Mundial, apunta a centrocampista aunque todo su lenguaje futbolístico le impulse a mirar a portería, mientras que el francés está obligado a dar un paso adelante para justificar el desembolso que realizó el club y para evitar que Malcom, también extremo habilidoso, le robe el puesto.
El fichaje de Malcom subraya la tendencia ya mostrada durante los bolos de verano y la Supercopa de España, que anuncia un cambio de sistema en Ernesto Valverde, muy apegado al 4-4-2 en el curso pasado pero dispuesto a jugar con más asiduidad con un 4-3-3 más propio del estilo de los últimos años en el club. Habrá que estar atentos a los ajustes tácticos del entrenador, que basó el meritorio doblete de su primer año en la edificación del equipo a través de su solidez defensiva y que ahora deberá encontrar la forma de atacar más y mejor sin perder seguridad.
La baja de Andrés Iniesta, una leyenda, ha sido cubierta con dos centrocampistas de perfil opuesto. Arthur, pelotero, pasador y hábil en la protección del balón, recuerda más a Xavi, mientras que Arturo Vidal viene con la misión de relevar a Paulinho y mejorarle. El chileno suscitó cierto debate estilístico porque sus características no congenian con las que se defienden en la Masia pero la discusión fue amortiguada por Valverde (“unos jugadores marcan el estilo y otros lo enriquecen”) y por las apariciones del joven Riqui Puig, compendio de todas las virtudes del centrocampista arquetípico azulgrana en fase embrionaria aún pero con una capacidad de ilusionar que debería ser aprovechada.
Inspirado insólitamente en los despachos soltando lastre (el cuarteto de ejecutivos formado por Òscar Grau, Pep Segura, Eric Abidal y Ramon Planes ha vendido mucho y bien), el Barça arranca esta noche en el campo ante el Alavés con una ambición que nadie representa mejor que Messi, el nuevo capitán.
AMBICIÓN
Valverde se atreve más con el 4-3-3 y Messi entusiasma como capitán comprometido