Huérfanos de Cristiano Ronaldo
El Madrid no consigue suplir a su crack y empieza la Liga con dudas y entre críticas
Poco ha tardado el Madrid en echar de menos a Cristiano Ronaldo. En el debut oficial de la temporada, el miércoles, el equipo perdió su primera final internacional en 18 años, la Supercopa de Europa, además frente al Atlético, para que la herida duela más a la afición blanca. Aprender a vivir sin el portugués y sin Zinédine Zidane es la asignatura pendiente. No es una tontería sino más bien un hueso, un problemón para un técnico novel como Julen Lopetegui, que ya empieza a oír la música de viento de las críticas en sus oídos.
El Madrid vive inmerso en una paradoja. Acumula Champions (las tres últimas consecutivas para un total de trece), pero menos Florentino Pérez todos creen que la plantilla se debilita de año en año. A la vuelta de Kíev, el presidente se hartó de las enésimas quejas de Cristiano y le puso puente de plata con destino a Turín. Pareció una decisión tan personal como arriesgadísima, pero no lo era tanto. Las encuestas privadas del club y las digitales de los diarios reflejaban una y otra vez que el madridismo veía bien que se vendiera de una vez por todas a Cristiano, un caprichoso que en el Bernabeu siempre fue mucho más admirado que querido. Consumada su marcha, quedó en el aire la pregunta: ¿quién marcará los 50 goles anuales del portugués? Pronto se vio que sólo había una respuesta: nadie.
Los intentos del Madrid por fichar a un digno sucesor de Cristiano fueron una serpiente de verano. Las semanas transcurrieron y el Madrid viajó a Estados Unidos sin caras nuevas, salvo la de Álvaro Odriozola (presunto reserva de Carvajal) y la de Vinícius Júnior, un prometedor brasileño de 18 años cuyo futuro aún se duda entre el primer equipo, una cesión y el Castilla. Luego vino Courtois porque se puso a tiro, empeñado en regresar a Madrid porque aquí tiene a sus hijos. Por ahora, nada más. Y a la salida de Cristiano se ha unido la de Kovacic, otro de los meritorios que quería minutos.
Tras una gira mediocre por América el Madrid se topó con la dura realidad en Tallin. El Atlético le superó en ambición y en físico. Y lo que es más grave. Por primera vez en muchos años el Madrid miró al banquillo y vio más poderío en el colchonero.
Todo indica que el Atlético va de subida y el Madrid de bajada. A los blancos les quedan quince días para intentar reforzar su plantilla. Intentarán traer a un nueve, pero el problema es que ya no hay mucho donde fichar que mejore lo que hay, que no es malo. Florentino insiste en que tiene un equipazo y que se perdió en Tallin por errores puntuales de la defensa que no se repetirán.
Puede ser verdad, pero también hay intangibles que juegan en contra de su equipo. Cristiano no sólo aportaba goles, sino un liderazgo, una ambición por ganar, que contagiaba al resto de la plantilla. Con él no se permitían relajaciones. A día de hoy no se adivina quién puede retomar esa bandera.
Florentino le dice a los pesimistas que su equipo tiene una de las plantillas más jóvenes y prometedoras de Europa. Tan cierto como que el peso del equipo lo llevan gente de 30 años cumplidos (Sergio Ramos, Marcelo, Benzema, Keylor Navas o Modric), o que se acercan mucho a esa frontera: (Bale, 29 o Kroos, 28). A la espera de Vinícius, cracks jóvenes titulares indiscutibles sólo hay dos: Isco (26) y sobre todo Asensio (22).
La muestra de que la nueva camada por la que se apostó el año pasado no ha dado su fruto han sido las cesiones de Theo (Real Sociedad) y Achraf (Dortmund). Marcos Llorente también está en entredicho. Ceballos seguirá, pero estuvo muy cerca de volver cedido al Betis. Otra incógnita es el nuevo inquilino en el banquillo. Julen Lopetegui no pudo entrar peor tras el esperpéntico casting de entrenadores tras la renuncia de Zidane. El vasco apenas tiene experiencia en clubs (sólo estuvo año y medio en el Oporto con resultados bastante malos). En esas condiciones, y sin el carisma y la ascendencia de Zidane, las primeras críticas no han tardado en llegar con la derrota en la Supercopa, tanto desde la afición como de una directiva que ha recordado al presidente que si Lopetegui está aquí se debe tan sólo a que muchos otros (Pochettino, Löw, Allegri o Conte, por ejemplo), no quisieron el puesto.
Los objetivos del club también son diferentes a los del resto. Con tres Champions recientes en la mochila, el reto es volver a ganar la Liga, ese cuasi monopolio azulgrana. La Champions quizás es más bonita, pero ya está bien de salvar la temporada con seis o siete buenos partidos. Ese es el mensaje del club a sus jugadores.
SIN RENOVACIONES GALÁCTICAS El club lleva con este cuatro veranos sin fichar a un verdadero crack y la plantilla se debilita año a año
DUDAS CON EL BANQUILLO
La derrota en Tallin ya ha provocado duras críticas contra Lopetegui por su poca experiencia en clubs