El nuevo Atlético exhibe su cara de candidato a todo
El Atlético volvió el miércoles de Estonia en un estado que si aquello no era la máxima felicidad se le parecía mucho. Desde la Liga ganada con Simeone en el banquillo el 17 de mayo del 2014 en el Camp Nou, los colchoneros no vivían una fiesta parecida. Humillados repetidamente por el Real Madrid en Europa, en Tallin consiguieron el anhelado sorpasso al que se quedaron a centímetros en las finales de la Champions de Lisboa y Milán.
El sueño de Enrique Cerezo y Miguel Ángel Gil Marín empieza a tomar cuerpo. El verano pasado Simeone estuvo cerca de irse. Entonces ya era el técnico más veterano de la Liga Santander. Se quedó porque le convencieron de no dejar tirado al equipo el año del estreno del Metropolitano. La segunda promesa fue la de reforzar la plantilla: no perder pilares fundamentales y ganar ese fondo de armario que en Europa a veces separa clasificarse o no.
A trancas y barrancas lo han logrado. Contra todos los pronósticos consiguieron retener a Griezmann, que prefirió seguir siendo cabeza de ratón en el Atlético a cola de león en el Barcelona. El francés se unió a la lista de los otros pesos pesados que se quedaban: Oblak, Koke, Saúl y Godín, que renunciaron a mejores ofertas salariales en otros destinos donde seguramente les iban a querer menos.
El Cholo pudo también expurgar de su plantilla a veteranos que ya lo habían dado todo (Fernando Torres o Gabi), o a futbolistas que entendía poco comprometidos con el esfuerzo (Carrasco o Gaitán), o que aceptaban mal la suplencia (Gameiro). Y le abrieron la cartera para que pudiera fichar a su gusto. El Atlético es de los que más ha invertido, hasta seis jugadores de nivel: Lemar, Rodri, Gelson Martins, Adán, Kalinic y Arias. Su plantilla está valorada en 850 millones, la más cara de su historia. Su objetivo presupuestario está en alcanzar el récord de los 400 millones. A nivel social, es el club que más crece de Europa. Tiene ya
REFORZADO
El club se ha desprendido de veteranos como Torres o Gabi y ha fichado a seis jugadores de mucho nivel
más de 120.000 socios y su lista de espera para conseguir un abono en el Wanda Metropolitano supera las 11.000 solicitudes.
Ante este panorama ya ni el propio Simeone se permite hablar del “equipo del pueblo” ni otras demagogias muy de su estilo. Queda, eso sí, “el partido a partido”, pero el Atlético es uno de los grandes en esta aldea global del fútbol de élite, un candidato a una Champions cuya final se juega en su casa el próximo 1 de junio, un reto, aunque quizás pudiera acarrear también un exceso de responsabilidad.
“Desde la ilusión nunca fuimos menos que nadie pero ahora nos exigirán de acuerdo a nuestro plantel”, dijo Simeone la víspera de su victoria en Tallin. De momento, el Atlético va lanzado. No quiere ser el tercer grande, sino uno de los grandes, un candidato más.
EN CRECIMIENTO
El presupuesto de esta temporada alcanzará los 400 millones y los socios ya son más de 120.000