‘Breakfast in Cap Roig’
Roger Hodgson complace a los espectadores del festival con un efectivo desfile por el cancionero de Supertramp
Ya en la recta final de su programación de este año, el Festival de Cap Roig acogió a Roger Hodgson, protagonista de un nuevo sold-out del cartel. Más de 2.100 personas acudieron anoche a este rincón del Baix Empordà para habérselas con el artista británico, o, para ser más exactos, para regalarse los sentidos con un paseo por algunos de los grandes éxitos de Supertramp, banda en la que nuestro protagonista militó desde sus inicios y hasta 1983. Aunque su otrora compañero Rick Davies tiene registrado el nombre de Supertramp –y en la actualidad lidera una encarnación del conjunto en el que él es el único miembro de la escuadra original–, fue Hodgson quien compuso la mayoría de los hits del grupo. Un patrimonio que exprime a fondo desde hace años, como bien sabe el público catalán, ya que su presencia en nuestros escenarios es bastante frecuente.
Nacido en la ciudad de Portsmouth hace 68 años, tras abandonar Supertramp, Roger Hodgson publicó algunos discos en solita- rio, aunque lo suyo es reverdecer laureles apelando al cancionero del grupo en giras como la que anoche lo llevó a la Costa Brava. Un verdadero tour de force iniciado en junio en Austria, y con fechas comprometidas hasta otro junio, el del 2019, abrazando catorce países y tres continentes. Con contadas referencias a su trabajo individual en el repertorio, Hodgson cosecha aplausos allí donde va desgranando eso que los publicistas suelen llamar “la banda sonora de nuestra vida”, o al menos parte de ella, y engrandeciendo la leyenda de la formación de rock progresivo en la que trabajó.
Roger Hodgson –que combinó teclado y guitarras– compareció acompañado de cuatro músicos ante un público cuya media de edad era bastante madura, dando inicio al concierto con un viaje a 1979 vía Take the long way home ,a la que siguió la todavía más historiada School –con su célebre intro de armónica– procedente del álbum de 1974 Crime of the century. Dejando al margen otras consideraciones, la factura de los temas era muy lograda. Cerrando los ojos y con un poco de buena voluntad, uno podía llegar a creerse que estaba escuchando Paris, el disco en directo que Supertramp grabó en la capital francesa, publicado en el año 1980.
La gala despegó definitivamente con Breakfast in America –pieza que daba título al que tal vez sea el álbum más significativo de Supertramp–, cuyos primeros compases fueron acogidos con una cálida ovación por parte de los asistentes. En el posterior rumbo del concierto, puntuaron alto en Cap Roig pelotazos como The logical song, Dreamer o Fool’s overture, precediendo a un fin de fiesta que culminó la nostálgica noche con Give a little bit y It’s raining again.
El músico británico cosecha aplausos allí donde va desgranando canciones de “la banda sonora de nuestra vida”