Festivo júbilo
Folia
Dirección artística y coreografía: Mourad Merzouki
Concepción musical: F.-E. Compte, Grégoire Durrande
Lugar y fecha: Festival Castell de Peralada (17/VIII/2018)
El título de Mourad Merzouki lo dice todo: Folia. El tono de la pieza es gozoso. Se trata de una locura controlada, medida, organizada de acuerdo con un acelerado crescendo final para que la noche culmine en un explosivo clímax de saltos y pasos, pero con todo puesto siempre al servicio de lo que no deja de ser en ningún momento una especie de fiesta, una celebración jubilosa, un dejarse ser con más y más bucles de movimientos, música en directo y la voz espléndida de la contundente soprano Heather Newhouse, integrada por completo en el desarrollo de alguna escena.
Folia es un buen ejemplo de las hibridaciones que han caracterizado la trayectoria del coreógrafo de origen argelino Mourad Merzouki. Se inició en las artes marciales y el circo, antes de ir a parar al hip-hop y, por tanto, a la danza. La pieza responde a un ADN que es suma y espacio de confluencia. Los bucles barrocos y el encanto tradicional –popular, por tanto– de la tarantela no resultan extraños a las formas del hip-hop: Merzouki sólo elimina las fronteras entre geografías y tiempos. La música barroca se adapta bien al tono expresivo y juguetón de las coreografías, puestas muy al servicio de la partitura, incluso servilmente, adaptadas siempre al ritmo y a las estructuras musicales. Se potencia así el registro dramático más lírico, sin alardes virtuosos, lo que da un tono dancísticamente plano a alguna escena. En buena parte de la pieza prevalece la contención, un cierto abandono al trance hipnótico en el que nos sume la música. Hasta el final, cuando los bailarines pegan un acelerón y levantan al público.
La pieza integra en un solo cosmos armonioso a los 16 bailarines, los siete músicos y la soprano. Música barroca, cultura tradicional, música electrónica, cultura de calle, Occidente y Oriente, el pasado y el presente, se funden en una pieza que tiene tramos tan imantados como el vértigo circular de un derviche. Folia tiene tanto de arrebato final como de ascetismo primerizo. Mantuvo expectante a quien primero esperara más danza, pero lo justificó finalmente ver el hip-hop concebido como algo más que danza de ritmo o del virtuosismo: un hip-hop expresivo, curioso, intenso, dialogante, amoroso e incluso reflexivo.