La Vanguardia

Más ambición que recompensa

El Espanyol de Rubi se estrena con una buena imagen y un trabajado empate en Balaídos

- RAMÓN ÁLVAREZ

Vocación ofensiva y solidez defensiva. El Espanyol de Rubi se estrenó ayer en Balaídos demostrand­o que sabe tocar todas las teclas. Se esperaba un equipo volcado al ataque y se acabó viendo también un conjunto sólido cuando el Celta consiguió hacerse con el control del partido. Hasta el punto de que dos delanteros de la talla de Iago Aspas y Maxi Gómez no pudieron inquietar la meta de Diego López. Un equipo capaz también de sacar petróleo en una acción a balón parado y que si no se acabó llevando los tres puntos fue sólo por un gol en propia puerta. Quizá el único error en un partido muy serio.

Rubi salió a por todas, como había prometido, con el once que había apuntado en su victoria ante el Borussia Mönchengla­dbach y que se presume ya como el equipo habitual. David López, recuperado de sus molestias, formó pareja con Hermoso en el centro de la defensa. Marc Roca acompañó a Víctor Sánchez en un doble pivote que no será fijo y que en cualquier caso da más libertad a Darder en la mediapunta. El canterano volvió a brillar y mostró su mejor versión con libertad de movimiento­s.

La punta de ataque fue, como también estaba anunciado, para Borja Iglesias, el único refuerzo blanquiazu­l en el arranque liguero. El gallego pudo regresar a la que fue su casa por la puerta grande y no tardó en convertirs­e en el objeto de ira de la grada, poco poblada, de Balaídos.

Entre lesiones y bajas, tampoco pudo sorprender Antonio Mohamed con su primer once. El Turco –un apodo que el técnico ha perdido por imperativo en Vigo– estrenó a tres de los siete fichajes de esta campaña: Araújo, Fran Beltrán y Júnior Alonso, completos desconocid­os para la afición local. El lateral paraguayo debutaba ya en su tercer día en el equipo, dejando a las claras la personalid­ad del técnico argentino.

Como también indicaba el guion, ambos equipos salieron a disputarse el peso del partido. Y fueron los locales, con Lobotka al mando y un incansable Pione Sisto que arrancaba desde la banda izquierda, pero que también alcanzaba la frontal para filtrar balones, quienes se acabaron llevando el gato al agua en los primeros minutos de juego.

Aunque Diego López no sufría bajo palos y el Espanyol no perdía la cara al partido, Rubi pronto vio que los planes no salían como esperaba y no dudó en reajustar a la media hora de juego su 4-2-3-1 inicial para disponer a su equipo en un 4-1-4-1, con Marc Roca ejerciendo de único pivote, en busca de mayor solidez. Un cambio mínimo, pero decisivo y que muestra bien la capacidad del técnico para leer los partidos y reinterpre­tarlos. El equipo perdió verticalid­ad, pero sin renunciar al ataque acabó encontrand­o la acción con la que consiguió adelantars­e en el marcador. Y en el que ya era su cuarto saque de esquina, los blanquiazu­les tiraron de pizarra. Tras recibir un balón proyectado desde el primer palo Hermoso remató a placer a las redes al filo del descanso. Ese primer periodo también dio para que Darder y Borja Iglesias exhibiesen una de sus conexiones de pretempora­da. El ex del Celta se plantó solo ante el meta local, pero Sergio le robó la cartera.

Tras la reanudació­n, el Espanyol siguió a la suya y empezó mandando, pero enseguida se condenó en un error. Acuciado por un extramotiv­ado Aspas, que bien pudo acabar expulsado, David López envió un balón a su propia meta que rebotó en el palo largo y entró antes de que el propio Aspas llegase a remachar cuando se habían disputado poco más de cinco minutos de ese segundo período.

El Celta se creció y el Espanyol le mantuvo el pulso para convertir el partido en un interesant­e duelo de ambiciones que mantuvo la tensión hasta el último minuto y que pudo decantarse para cualquiera de las dos bandas. El técnico local buscó y encontró aire en Emre Mor en tanto que Rubi trató de encontrar alternativ­as ofensivas en Sergio García y Puado. Porque en su estreno liguero de lo último que se puede acusar al técnico españolist­a es de falta de ambición.

Como anécdota, la nefasta comunicaci­ón en el campo sobre la intervenci­ón del VAR en las acciones polémicas. La única vez que se indicó a través del lineal televisivo de publicidad que el videoarbit­raje estaba revisando una jugada fue en una acción fuera del área sobre la que en ningún caso puede intervenir. Y cuando efectivame­nte lo hizo –para revisar los dos goles y un posible penalti a Piatti– no se indicó.

SOLIDEZ DEFENSIVA

Se esperaba un equipo volcado al ataque y se acabó viendo también un conjunto muy sólido

EL PROTAGONIS­TA

Darder volvió a brillar y mostró su mejor versión con una absoluta libertad de movimiento­s

INFORTUNIO

Los blanquiazu­les no se llevaron los tres puntos por un desafortun­ado gol en propia puerta

 ?? SALVADOR SAS / EFE ?? El portero local Sergio Álvarez consigue arrebatar de los pies al españolist­a Borja Iglesias un balón que habría supuesto el segundo gol blanquiazu­l
SALVADOR SAS / EFE El portero local Sergio Álvarez consigue arrebatar de los pies al españolist­a Borja Iglesias un balón que habría supuesto el segundo gol blanquiazu­l

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