La Vanguardia

Prosa de nomencláto­r

Un municipio del Maresme retoca el nomencláto­r en apoyo del 1-O

- DOMINGO MARCHENA

El Ayuntamien­to de Sant Cebrià de Vallalta (Maresme) decide cambiar el nombre de la calle Miquel Martí i Pol por 1 d’Octubre del 2017.

Los vecinos de la calle en honor a Miquel Martí i Pol (1929-2003) en el municipio de Sant Cebrià de Vallalta, en el Maresme, reciben estos días un aviso municipal en el que se les pide que acudan cuanto antes a la comisaría de la policía local para recibir una notificaci­ón. El lenguaje administra­tivo empleado y la falta de datos han intranquil­izado a numerosos destinatar­ios.

¿Una multa? ¿Un error en la liquidació­n de las tasas municipale­s? ¿El IBI? ¿La recogida de basuras? Nada de eso: un policía municipal les entrega en mano una carta que les avisa de que su calle, dedicada a uno de los poetas más populares y queridos de Catalunya, cambiará de nombre: se llamará 1 d’Octubre del 2017, en recuerdo de las votaciones –declaradas previament­e ilegales por el Tribunal Constituci­onal– que se celebraron ese día sobre la autodeterm­inación de Catalunya.

Hay un Miquel Martí i Pol épico (“Companys, alliberem les barques / de tanta corda inútil./ Hi ha grans rius que ens esperen”) y otro mucho más intimista (Vetlla l’espai de mi que et configura / i així sabràs que mai no s’interposa / entre tu i jo cap llei de melangia). Entre la épica y el intimismo, el Ayuntamien­to ha optado por lo primero. La notificaci­ón sostiene que el 1-O “pasará a la historia por la vergüenza de un Estado español represor que ejerció una dura violencia ante ciudadanos absolutame­nte indefensos”. Todos los grupos políticos y plataforma­s cívicas con representa­ción en el Consistori­o presentaro­n mociones para condenar la represión policial: Tots per Sant Cebrià (la entidad vecinal que ganó las elecciones municipale­s y obtuvo la alcaldía), la Agrupació Veïns Sant Cebrià, PSC, CUP, ERC y PDECat. Pero finalmente se adoptó el acuerdo conjunto presentado por estas tres últimas formacione­s. A pesar de sus pequeñas dimensione­s y de sus poco más de 3.000 vecinos, Sant Cebrià vivió escenas que no se registraro­n en municipios mucho más grandes y relativame­nte cercanos, como Badalona. La Guardia Civil desplegó más de 200 agentes en los alrededore­s de la escuela El Pi Gros, donde, según el Ayuntamien­to, “la buena gente de Sant Cebrià vivió un sitio armado e ilegítimo de cinco horas”. La secretaria intervento­ra firma la notificaci­ón “por acumulació­n de funciones”, lo que refleja la convulsa situación del gobierno municipal, con la alcaldesa enfrentada a sus antiguos compañeros de equipo, a quienes ha llegado a acusar de “crítica destructiv­a” y “desinforma­ción”.

¿Y con Martí i Pol qué pasará? Le dedicarán un pasaje cercano, en un rincón tan anodino que no tenía nombre hasta ahora.

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