Hasta el 80% de las pardelas afectadas
El equipo de Jacob González-Solís, profesor del departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la UB, ha sido el primero en estudiar la presencia de fragmentos de plásticos en los estómagos de las aves marinas del Mediterráneo. Con este fin ha diseccionado los cadáveres de 400 animales de 10 especies procedentes de las capturas accidentales en actividades de la pesca del palangre. Sus estudios han demostrado que en casi todas las especies se encuentran algunos individuos con algún fragmento en su estómago. Normalmente se encuentran entre 1 y 15 fragmentos de 1 a 5 milímetros. El problema es especialmente grave en el caso de tres especies de aves marinas endémicas de la cuenca mediterránea, las pardelas cenicienta, mediterránea y balear, esta última catalogada en peligro crítico de extinción. Entre el 50% y el 80% de las pardelas tenían al menos un fragmento de plástico en su estómago. “Estos altos porcentajes son muy preocupantes, al ser todas ellas especies amenazadas. Hoy por hoy, no sabemos el impacto que están teniendo los plásticos en estas especies; podrían estar transfiriendo sustancias tóxicas pero se requerirían estudios específicos para corroborarlo”, añade. El impacto de los plásticos puede ser especialmente grave en las pardelas porque tienen una menor capacidad de regurgitar su alimento que otras aves marinas, como por ejemplo las gaviotas. Estas últimas o los alcatraces presentan plásticos en menor abundancia, en torno a un 5% de los casos.