Los ‘bous’ se hacen fuertes al bajar la presión animalista
Las peñas del Ebro promueven la indiferencia hacia los antitaurinos para evitar agresiones
La agresión física que sufrieron dos animalistas que estaban grabando un acto festivo con bous en la plaza de Mas de Barberans (Montsià), hace más de dos años a manos de tres aficionados, con una escalada de tensión entre taurinos y antitaurinos sin precedentes en las Terres de l’Ebre, se ha convertido con el tiempo en el punto de inflexión. Un antes y un después en los correbous perfectamente constatable ahora, tras la semana con más actos festivos con bous de todo el año.
“Lo de la agresión nos hizo mucho daño, pero sirvió para unirnos todos los aficionados y las más de 50 peñas taurinas. Nosotros lo que queremos es contiombligo nuar haciendo fiestas con bous con normalidad, no tenemos nada que esconder; con los organizadores de las fiestas hemos conseguido facilitar su tarea a los animalistas cuando vienen a grabar, a pesar de que van en nuestra contra. Cada Ayuntamiento y cada municipio ha trabajado por su cuenta”, asegura Santiago Obiol, presidente de la Agrupació de Penyes i Comissions Taurines de las Terres de l’Ebre.
“Hemos detectado un cambio de actitud de los taurinos hacia nosotras, antes siempre estábamos señaladas, desde que bajábamos del coche, con un ambiente muy cargado en las plazas: nos insultaban y pitaban; ahora casi pasamos desapercibidas. Ya lo empezamos a ver la pasada temporada, pero en la actual se ha acabado de consolidar”, explica Aïda Gascón, directora de AnimaNaturalis en España, una de las dos animalistas agredidas hace dos años. Tras la primera agresión a dos activistas, con unas imágenes que se convirtieron en virales en todo el país, las peñas taurinas respondieron en público denunciando la “provocación” de los animalistas y anunciando una campaña legal a la contra para acabar con las “denuncias falsas”. Pero los aficionados entendieron, de puertas adentro, que sólo la distensión y un cambio de estrategia en los actos con bous garantizarían la supervivencia de su tradición a medio y largo plazo.
Se ha producido de forma progresiva el cambio en la mentalidad y la manera de actuar de los taurinos, auspiciado no sólo por las peñas sino también por los ayuntamientos ebrenses con más tradición de bous y la propia Generalitat, quien tiene competencias para imponer sanciones en caso de maltrato animal. Periódicamente se organizan reuniones con los taurinos, y hubo encuentros clave tras la agresión.
“En el Ebro somos gente abierta y hospitalaria, las imágenes de la agresión no nos gustaron, no somos así. Son hechos que nos hicieron reflexionar a todos, debemos entender que no somos el del mundo, que hay gente que está en contra de los correbous; ha entrado el conocimiento que necesitábamos, hemos llegado al punto ideal, ahora lo tenemos que mantener”, destaca Xavier Pallarès (PDECat), delegado del Govern en las Terres de l’Ebre.
Las animalistas, la gran mayoría mujeres jóvenes que acuden a grabar los correbous en pequeños grupos, se encuentran ahora con facilidades cuando llegan a las plazas y pueden filmar sin problemas, coinciden las dos partes. “La grabación en las plazas está siendo bastante cómoda, no nos dicen nada, al contrario, nos encontramos amabilidad, pero creo que viene condicionado porque