El Gobierno estudia atenuar el impacto fiscal
El WLTP tiene efectos fiscales que el Gobierno estudia atenuar hasta el 2020 a petición del sector automóvil. El impuesto de matriculación se divide en tramos según las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos, basados en el ciclo de homologación que está a punto de morir, el NEDC. Los que emiten 120 gramos por kilómetro o menos están exentos. Los nuevos tests, que incluyen las pruebas RDE (emisiones de conducción reales), mucho más estrictos que las actuales, provocarán que un mismo coche ‘oficialmente’ sea más contaminante y, en consecuencia, cambiar de tramo. Actualmente sólo el 20% de los coches que se matriculan pagan el citado impuesto, que la industria del automóvil español reclama suprimir y sustituir por una nueva fiscalidad global. Si se mantiene este marco impositivo sin más pasarían a pagarlo el 70%, según las estimaciones del sector. Hasta el próximo 31 de diciembre ya está previsto aplicar un valor correlacionado entre los dos sistemas –el nuevo y el viejo– con el objetivo de reducir el incremento fiscal que pueda derivarse del cambio. Ahora, el Ejecutivo sopesa mantener esta fórmula transitoria u otra similar todo el 2019, tal y como se ha decidido hacer en otros países europeos para evitar cambios bruscos que puedan alterar la buena marcha del mercado.