Iglesia avergonzada
“Hemos descuidado y abandonado a los más pequeños”, reconoce Francisco
El papa Francisco dirige a todos los creyentes una durísima carta con la que responde al escalofriante informe de la semana pasada del Tribunal Supremo de Pensilvania, que documentaba el abuso de más de 300 sacerdotes a más de mil víctimas durante 70 años.
Vergüenza y arrepentimiento. “Un crimen que provoca hondas heridas de dolor e impotencia; en primer lugar, en las víctimas, pero también en sus familiares y en toda la comunidad, sean creyentes o no. Mirando hacia el pasado nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado. Hacia el futuro nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no sólo no se repitan, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse”.
Estas fueron las palabras que el papa Francisco dirigió ayer a todos los creyentes en una durísima carta que responde al escalofriante informe de la semana pasada de la Corte Suprema de Pensilvania, que documentaba el abuso de más de 300 sacerdotes a más de mil víctimas durante 70 años. Las revelaciones han causado una profunda conmoción y estupor en la Iglesia católica.
El Vaticano ya reaccionó con un comunicado 48 horas después del informe en que aseguraba que los abusadores deben “rendir cuentas”, pero Francisco no se había pronunciado personalmente. Escogió hacerlo ayer con una misiva de tres páginas, escrita originalmente en español, al “pueblo de Dios” (todos los miembros de la Iglesia, en el lenguaje vaticano). Es la primera vez que un Pontífice utiliza este formato para condenar los abusos sexuales.
“Si un miembro sufre, todos sufren con él”, comenzaba el Papa citando al apóstol san Pablo. “Como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas”, explica Francisco, quien pide una “transformación social y eclesial” para que algo así jamás vuelva a suceder. “Hemos descuidado y abandonado a los pequeños”, lamentó.
El portavoz de la Santa Sede, Greg Burke, subraya que es notable que Francisco se refiera a estos abusos como un crimen, y no sólo como un pecado. En una valoración enviada a los periodistas que cubren la información vaticana, Burke destaca que se nota que Francisco ha escuchado a muchas víctimas de abusos sexuales en los últimos años. “El papa Francisco dice que los culpables rindan cuentas, y no sólo los que los cometieron, sino también quienes los encubrieron, y eso en muchos casos incluye a los obispos”, señala el portavoz.
Las voces críticas en el Vaticano,
Voces críticas en el Vaticano lamentan que la declaración del Pontífice sea demasiado genérica
sin embargo, creen que la respuesta del Papa llega demasiado tarde. “Es lo mínimo que podía hacer después de Chile, de Irlanda y de Pensilvania. Pero para mí es demasiado genérica: hace grandes proclamas sin anunciar ningún hecho concreto”, lamentaba ayer el vaticanista de La Stampa Marco Tosatti. “Es evidente que desde hace tiempo Francisco tiene una crisis de popularidad por este asunto”.
Lo cierto es que aunque el Papa argentino haya declarado una política de tolerancia cero contra los abusos y creado una Comisión Pontificia en el 2014 para luchar contra ellos, su gestión de la crisis chilena, defendiendo a un obispo acusado de encubrir a un sacerdote condenado, le está pasando factura. También el hecho de que fuera él quien nombró al cardenal australiano George Pell, procesado por presuntos casos de pederastia, para liderar las finanzas vaticanas. La irlandesa Marie Collins, que participaba en la comisión para la protección de menores, dimitió porque consideraba que el Vaticano no estaba haciendo suficientes esfuerzos para actuar contra esta lacra. Ayer también criticó la carta del Pontífice. “Los comunicados del Vaticano o del Papa deberían dejar de decirnos cómo de terribles son los abusos y cómo todos deben pagar por ello”, dijo. “Decidnos en lugar de esto qué estáis haciendo para que paguen por ello. Esto es lo que queremos oír”.