Espumosos con solera
La histórica marca proyecta ampliar las cavas y crear un nuevo espacio enoturístico
Las históricas Cavas Mestres de Sant Sadurní d'Anoia han puesto en marcha un ambicioso plan estratégico para vivificar la marca y ganar más prestigio entre los cavas de más larga crianza, apostando por los gran reserva.
Las históricas Cavas Mestres de Sant Sadurní d'Anoia han puesto en marcha un ambicioso plan estratégico para vivificar la marca y ganar más prestigio entre los cavas de más larga crianza, apostando decididamente por los segmentos gran reserva y prémium. La compañía se ha marcado el objetivo de alcanzar unas ventas de 1,2 millones de euros este año. Ya cerraron el 2017 con un incremento de la facturación del 15% en relación con el año anterior, hasta los 900.000 euros. Además han conseguido que sus ventas crezcan un 10% en el primer trimestre respecto del mismo periodo del año pasado y han abierto mercado en plazas como Eivissa, Málaga, Asturias y Gipuzkoa.
Desde Cavas Mestres celebran estas cifras en un año en que “las lluvias de invierno en fin de semana y una Semana Santa bastante adelantada no han contribuido a fomentar las ventas”, según el director comercial, Jaume Vial. El consejero delegado de Cavas Mestres, Joan Aura, reconoce que la crisis ha lastrado su crecimiento. Exportan un 40% de su producción, unas 170.000 botellas (un 98% de las cuales es cava), principalmente a EE.UU., Canadá, Japón, Suiza y Alemania. En septiembre prevén entrar en México y en varios mercados de Centroamérica, así como recuperar plazas tan destacadas como el Reino Unido y Bélgica.
El próximo año proyectan ampliar las cavas y crear un nuevo espacio enoturístico. Son únicos en el sector del cava, destacando por las largas crianzas con tapón de corcho. El 90% de sus vinos base se cría en botas de roble. Son la única casa con productos a la venta con tanta crianza en botella, incluso de la añada 1987, y la prestigiosa revista Wine Advocate de Robert Parker los ha elogiado en los últimos años.
La propiedad está en manos de una estirpe familiar que se remonta al año 1312 y ya suman 28 generaciones. Josep Mestres Manobens elaboró en el año 1925 su primera botella de vino blanco. Después de una segunda fermentación y de una crianza de tres años en la cava, su primer vino espumoso se presentó en la Navidad de 1928 con el nombre de Cava Mestres.
El consejero delegado ve con preocupación “la existencia de un desconcierto importante en el sector del cava ante la venta de marcas de referencia, la creación de la asociación de cavistas Corpinnat y el interés de los elaboradores de fuera de Catalunya de crecer en número de botellas sin pensar para nada en la calidad”, que considera “la única herramienta que tenemos para afrontar con garantías de éxito el futuro, como se ha hecho con el champán”. También les preocupa el crecimiento de los prosecco italianos, “una elaboración mucho más sencilla, pero que ha inundado el mercado europeo”. El director comercial afirma: “Seremos los últimos en abandonar la DO Cava ya que creamos la marca, en la cual creemos”. Jaume Vial también apunta: “Seguiremos luchando por defender nuestro territorio”.
La firma prevé ingresar 1,2 millones este año y entrar en nuevos mercados en Centroamérica