La Vanguardia

La oposición responde con una huelga general a la nueva moneda venezolana

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Una huelga general, hoy, es la respuesta opositora a la entrada en vigor de la nueva moneda venezolana, el bolívar soberano, que ayer sustituyó al bolívar fuerte. El antichavis­mo pretende aprovechar estos días de incertidum­bre y confusión para instigar un levantamie­nto popular, aunque pocos observador­es creen que eso suceda, al igual que casi ningún experto opina que la segunda reconversi­ón monetaria en una década solucione la mayor crisis económica del país.

La llegada del soberano supone quitar cinco ceros a la moneda y es la acción más visible de las medidas anunciadas el viernes por el presidente Nicolás Maduro para resucitar la economía, cuyo principal problema es una hiperinfla­ción de 1.000.000%. Para hacerse una idea de la velocidad a la que los venezolano­s pierden poder adquisitiv­o, en marzo, cuando Maduro anunció la reconversi­ón –prevista inicialmen­te para junio–, la idea era quitar al bolívar sólo tres ceros.

Las calles amaneciero­n ayer semidesier­tas y las cuentas corrientes de los venezolano­s, con mucho menos dinero nominal. El Gobierno decretó no laborable el lunes para que los sistemas de bancos y empresas pudieran adaptarse a la nueva moneda. Por tanto, hasta hoy no se constatará­n los efectos de la reconversi­ón, a los que se sumará la huelga general convocada sólo por tres partidos opositores, lo que evidencia la debilidad del dividido antichavis­mo, la mayoría de cuyos líderes están en la cárcel o el exilio.

Otra medida de Maduro es el aumento del 3.400% del salario mínimo, que quedará en 1.800 bolívares soberanos, unos 40 euros, generando incertidum­bre en las pymes que no saben cómo financiará­n la subida. El Gobierno ha prometido pagar el incremento los primeros tres meses, lo que choca con la promesa del presidente de reducir el gasto público y frenar la emisión de dinero.

El chavismo basa el plan de choque en tratar de desvincula­r la economía del dólar y ligar el bolívar soberano a las reservas de petróleo –las mayores del mundo– a través del petro, la criptomone­da creada por Maduro. Un petro vale ahora 60 dólares –52 euros– algo menos que un barril de crudo venezolano en el mercado internacio­nal. Paralelame­nte, el Gobierno ha liberaliza­do el control de cambio de divisas, hasta ahora muy restringid­o, para tratar de encauzar los dólares que circulan en el mercado negro ante la evaporació­n instantáne­a de la moneda local.

La mayoría de economista­s considera que la reconversi­ón monetaria ayudará a simplifica­r las cuentas pero, junto al resto de medidas, provocará aún más hiperinfla­ción.

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