Abiertamente gay
JOSÉ MANTERO (1963-2018) Exsacerdote
Doy gracias a Dios por ser gay”, fue la confesión de José Mantero en la portada de la revista Zero. Era el año 2002, y la imagen de este sacerdote con alzacuellos, el primer cura de la Iglesia católica española que confesaba abiertamente su homosexualidad, causó honda repercusión en el país. Tres años después el presidente José Luis Rodríguez Zapatero legalizaba el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Mantero había nacido en 1963 en Valverde del Camino, un municipio onubense en el que ejerció su ministerio sacerdotal y donde todavía vivía, aunque con frecuencia se desplazaba a Sevilla. Cientos de habitantes de Valverde se reunieron durante el fin de semana en el tanatorio de la localidad para acompañar a los familiares de José Mantero, que murió a consecuencia de una pericarditis que resultó fatal aunque en un principio no parecía revestir gravedad. Muchos de sus feligreses seguían refiriéndose a él como “el cura Mantero”, a pesar de que el anuncio público de su homosexualidad llevó al obispado onubense a una inmediata suspensión a divinis de sus funciones sacerdotales. Se quedó sin púlpito y sin medio de vida. Pero mantuvo desde entonces una voz sumamente crítica con la Iglesia que le expulsó y a la que en numerosas ocasiones señaló que “los gais no somos máquinas defectuosas”.
A raíz de la suspensión de sus funciones, puso en marcha el blog El Evangelio según San Mantero, cuya última entrada está fechada el pasado 11 de julio. Llevaba por título Sexo nuestro que estás en los cielos y en ella podía leerse: “No encuentro gentes más obsesionadas por el sexo, con el sexo, para el sexo que los diversos profesionales de las diversas religiones. La generalidad de ellos, en su calenturienta obsesión, pretende reconducir algo natural, deseable y divino, el placer, a algo eventual, la procreación. El sexo sin amor, así, sería malo, pecaminoso, perverso. El sexo con amor, para ellos el único, sólo sería legítimo si está animado por la voluntad de procrear. Y se quedan tan anchos, al menos de cara a la galería; porque, después, la procesión va por dentro. Con perdón”.
La expulsión de la Iglesia del sacerdote polaco Krysztof Charanska, que ocupaba un alto cargo en el Vaticano, inmediatamente después de que confesara su homosexualidad e incluso presentara a su pareja en público, le llevó a acusar al papa Francisco de “cosmético y populista” y a señalar que el Vaticano “es el nido de homofobia más recalcitrante de la jerarquía católica”. En una entrevista con el diario El Mundo en noviembre del 2002, Mantero defendió su salida del armario, aun siendo sacerdote, como “un paso que será positivo” si bien “tendrá que pasar algún tiempo. Los escándalos hacen avanzar a las sociedades, son necesarios”.
Según argumentó entonces, reconocer públicamente que era gay sirvió para reabrir un debate, el de la homosexualidad, que estaba “cerrado en falso”. Mantero recorrió España en los últimos años dando conferencias y defendiendo los derechos del colectivo gay.
Mantero fue el primer cura español, en el 2002, en reconocer públicamente su homosexualidad