El Barça afina su equipo de fichajes y traspasos
Cuatro ejecutivos deciden fichajes y ventas en la dirección deportiva del Barça
“El Barça no sabe vender” es una frase convertida en estribillo veraniego con toda justicia. La fuerza de la costumbre en las directivas blaugrana siempre fue comprar, así que el músculo destinado a traspasar, de tan poco entrenado, se fue atrofiando hasta culminar en operaciones como la que acabó con David Villa en el Atlético de Madrid por menos de 5 millones de euros. Hay un giro notorio en los últimos tiempos. Más allá de las ventas indeseadas y por tanto sin mérito alguno para el vendedor (Figo, 60 millones; Neymar, 222), el FC Barcelona empezó a mostrar signos de mejora en el 2014 con los traspasos de Alexis Sánchez (42,5 millones) y Cesc Fàbregas (33) y también con Pedro en el 2015 (27), pero ha sido durante este verano cuando más se ha celebrado la destreza a la hora de hacer circular el producto. Si se da por buena la explicación del club respecto a los 50 millones que pagará el Guangzhou Evergrande chino por Paulinho (hay quien lo considera un acto de fe), el total resultante para las arcas blaugrana alcanzará, sin contar variables, los 130 millones de euros. Y la cifra podría ir a más si a las transacciones de Digne (20,2), Deulofeu (13), Yerry Mina (30,2), Aleix Vidal (8,5), Marlon (6) y André Gomes (cedido a cambio de 2,2 millones) se suman las de otros dos futbolistas en la rampa de salida, Alcacer y Rafinha.
Los responsables de la operación salida, y también de los fichajes, son el nuevo núcleo duro de ejecutivos nombrados por Josep Maria Bartomeu, muy dado a reformular organigramas. Lo componen dos piezas ya conocidas y promocionadas por el presidente cada vez con más poder, el director general Òscar Grau y el mánager Pep Segura, así como dos nuevos miembros a los que hay que agrupar en formato tándem: el secretario técnico Eric Abidal y su adjunto Ramon Planes.
La mezcla extrañó al principio. Robert Fernández, el último secretario técnico damnificado por el gatillo fácil de Bartomeu, se había asentado en el puesto y volver a empezar con otra estructura movía a pensar que el presente verano sería de transición. No ha sido así. Liderados por Grau, que tiene el despacho en las oficinas del Camp Nou pero que prácticamente se ha mudado a la ciudad deportiva, y por Pep Segura, que ha cedido el suyo como campo base para todas las operaciones, los cuatro ejecutivos, muy distintos entre sí, se han entendido mejor de lo esperado. Grau y Segura son los encargados de negociar con los clubs, ya sea a través del móvil (las nuevas tecnologías permiten todo tipo de conversaciones a distancia) o en persona cuando de lo que se ha tratado es de cerrar acuerdos. La semana pasada, sin ir más lejos, el traspaso de Marlon congregó en Sant Joan Despí al máximo ejecutivo del Sassuolo y al representante del central brasileño. De vez en cuando interviene también Franc Carbó, mano derecha de Grau y sustituto de Raül Sanllehí, antiguo director de fútbol hoy en las filas del Arsenal. Según algunas fuentes que les han visto trabajar, a veces un poco peliculeras todo hay que decirlo, las jornadas de trabajo de este equipo de cuatro van de las nueve de la mañana a las nueve de la noche, con Abidal como elemento más destacable porque los exfutbolistas tienen fama de adaptarse muy mal al horario de oficina. No ha sido el caso.
El francés se ha distinguido como un gran conocedor del mercado de su país (de ahí el fichaje sorpresa de Malcom del Girondins), aunque su comedido principal ha consistido en el diálogo con los futbolistas, ya sea con los que se quiere seducir para que aterricen en el Camp Nou, ya sea para convencer a los que no cuentan para Valverde para cambiar de aires, ayudándoles a encontrar el mejor destino. Grau, que domina el inglés y el francés, se entrevistó con Ramon Planes, propuesto por Segura,