Álex Gallar
Formado en la cantera españolista y trotamundos del fútbol, Gallar debuta en Primera con dos goles
FUTBOLISTA DEL HUESCA
Álex Gallar ha pasado de ser casi un desconocido debutante en Primera a cosechar elogios por los dos golazos –sobre todo, el primero– que supusieron un aterrizaje inmejorable de su club, el Huesca, en la máxima categoría.
Hace poco más de una semana publicaba en las redes sociales con tanta ilusión como inocencia su cromo de la primera colección de esta temporada: “Toda la vida coleccionando los cromos de la Liga y ahora voy y me encuentro con un tipo de la SD Huesca que me resulta algo familiar ¿Os suena su cara ? ¡Qué ilusión!”. El pasado domingo, Álex Gallar pasaba de ser un desconocido debutante en Primera en las filas del Huesca a uno de los jugadores de la jornada con dos goles –sobre todo el primero– que no sólo pasarán a la historia de su club, sino de la temporada.
En un campo estrecho y proverbialmente complicado como Ipuque rua, el centrocampista catalán se abría hueco con descaro entre tres rivales –Cote, Jordán y Arbilla– para entrar como Pedro por su casa en el área local y batir a Dmitrovic con un túnel. Un gol que llegaba con récord: el más tempranero de un equipo que se estrena en la máxima categoría, ya que llegó en el minuto 5 de juego. Después, en el 40, marcó el segundo para su equipo tras botar una falta pegada a la línea de banda que entró sin que nadie la rematase. Otro golazo eclipsado por el brillo del primero.
“Tenía la intención de hacerlo bien, lógicamente, pero en ningún momento pensé que marcaría dos goles en mi estreno y el del equipo en Primera y que lo haría tan fácil”, señalaba ayer a La Vanguardia este catalán de 26 años que es todo un trotamundos del fútbol territorial y en cinco temporadas ha escalado desde Tercera a la élite. Desde el domingo no deja de atender a los medios en riguroso orden y de hacerse selfies por las calles de Huesca. “Esta locura aún me la esperaba menos”, confiesa.
Natural de Terrassa, Gallar se formó en la cantera del Espanyol, donde llegó como alevín procedente del Mercantil de Sabadell. Con 12 años, fue otra de esas apuestas del malogrado Josep Manel Casanova. Allí coincidió con Gerard Moreno, a quien se hartó de dar asistencias, de meter centros y de competir en goles, y con Jordi Amat. Ellos siguieron adelante y acabaron debutando con el primer equipo. Él, pese a contar con la confianza de Lluís Planagumà, el actual técnico del Hércules, acabó por emigrar ya como cadete. De aquella etapa rememora sus duelos en los derbis con Sergi Roberto, con quien volverá ahora a coincidir en Primera.
A partir de ahí inició un periplo que le ha llevado a militar en equipos tan dispares como el Terrassa, el filial del Murcia, el filial del Mallorca, el Rubí, el Cornellà, el Hércules o la Cultural Leonesa, desde donde dio su último salto –por ahora– al Huesca la pasada campaña para formar parte del proyecto ganador de Rubi. “Él es el artífice de que estemos aquí. Se encontró un vestuario de Segunda y el primer día nos dijo que el objetivo era el ascenso. Y pasamos de ni siquiera pensar en ello a creérnoslo”. Aunque él también es en buena parte responsable del éxito y fue el autor de otro de los goles históricos de la entidad azulgrana: el que impulsó definitivamente al Huesca al ascenso en el Anxo Carro de Lugo.
En sus años de trashumancia, Gallar las ha visto de todos los colores, aunque de todas las experiencias conserva un aprendizaje que le hace ser uno de esos futbolistas curtidos y con oficio que tan poco abundan. Así se explican, en buena medida, los goles de Ipurua. “No sé cuál será mi meta, pero siempre he creído que era mayor de donde estaba y por eso siempre he tratado de evolucionar, aunque alguna vez dando un paso atrás y descendiendo de categoría en busca de un equipo donde pudiese desplegar mejor mi juego”, explica.
Tras recorrer buena parte de los campos del fútbol territorial catalán, los de dos grupos de Segunda B y los de la Liga 1 2 3, ahora le toca jugar en esos que –reconoce– sólo ha visto por la tele. Aunque el destino le ha llevado ya al Bernabeu, y en dos ocasiones: con el Cornellà y la Cultural Leonesa en la Copa. “Me pilló muy joven, a ver si ahora lo puedo hacer mejor allí”, señala medio en broma medio en serio.