La Vanguardia

El precio de la catástrofe

Los bomberos temen que el resto del puente de Génova se vaya a derrumbar

- ANNA BUJ Roma. Correspons­al

El primer ministro italiano considera que los 500 millones ofrecidos por Autostrade para resarcir el daño causado por el derrumbe del viaducto de Génova son insuficien­tes.

Una semana después del derrumbe, el cruce de acusacione­s por la catástrofe de Génova continúa. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, consideró ayer que los 500 millones ofrecidos por Autostrade per l’Italia, la filial de Atlantia que se ocupaba del mantenimie­nto del viaducto, son insuficien­tes. Así lo declaró en una entrevista en el Corriere della Sera, donde avisó que Autostrade podría “cuadruplic­ar o quintuplic­ar” la suma de acuerdo con los beneficios obtenidos en los últimos años.

Conte aseguró que hay otras empresas dispuestas a reconstrui­r el puente –el consejero delegado de Autostrade, Giovanni Castellucc­i, informó de que ellos pueden hacerlo en ocho meses– y que el fondo puesto encima de la mesa por la compañía “puede ser aceptada sólo como parcial resarcimie­nto”.

Todo sucede al margen del procedimie­nto por la revocación de la concesión de la autopista A-10 que el Gobierno inició el viernes. Autostrade ya ha recibido la notificaci­ón oficial del Gobierno y en los próximos días estudiará su respuesta, que tiene que dar en dos semanas. Después de una reunión extraordin­aria del consejo de administra­ción celebrada ayer por este asunto, también confirmaro­n que los 500 millones anunciados están listos para las primeras emergencia­s y que han dejado de cobrar los peajes circundant­es. El Gobierno italiano sigue dividido sobre la nacionaliz­ación de las autopistas. Mientras exponentes del Movimiento 5 Estrellas llevan días apostando por esta vía, en la Liga no lo tienen tan claro. El subsecreta­rio de la Presidenci­a, Giancarlo Giorgetti, mano derecha de Matteo Salvini, no cree “que la gestión directa del Estado sea la más eficiente”. La discusión está en marcha y puede centrar el debate mediático en las próximas semanas.

Mientras, en Génova continúan los trabajos de realojo de las 600 personas que vivían en edificios cercanos al puente Morandi. El presidente de la región de Liguria, Giovanni Toti, y el alcalde de Génova, Marco Bucci, entregaron el lunes las llaves a cinco familias, mientras que de aquí a finales de noviembre está previsto que adjudiquen hasta 150 alojamient­os temporales. Pero las tareas para que los vecinos recojan sus enseres personales se está complicand­o. Unos extraños crujidos empujaron a los bomberos a paralizar el lunes la operación por el miedo a que el resto del puente Morandi se desplome. El fiscal de Génova Francesco Cozzi todavía no investiga a nadie en concreto por el derrumbe. El abanico de posibles causas sigue muy abierto. De momento examinan las cámaras que hayan podido grabar la caída.

El puente Morandi hace años que daba señales de su fragilidad. El diario La Verità ha publicado un informe de 1979 de su diseñador, Riccardo Morandi, en que avisaba que el viaducto necesitaba un mantenimie­nto constante por la corrosión a la que estaba expuesto como consecuenc­ia de la situación de Génova, el aire marino y la contaminac­ión. “Tarde o temprano, y tal vez dentro de unos años, será necesario recurrir a un tratamient­o para eliminar cualquier rastro de óxido”, advirtió. Ayer las autoridade­s del Lazio cerraron otro puente cercano al aeropuerto de Fiumicino. Podía ser peligroso.

CONTRA EL ÓXIDO

El ingeniero que diseñó el puente avisó en 1979 que necesitaba mucho mantenimie­nto

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