La Vanguardia

Fracasa la huelga de la oposición venezolana contra la nueva moneda

Muchas empresas y comercios cerraron por la incertidum­bre del cambio monetario

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Si la oposición venezolana busca un levantamie­nto popular contra el chavismo, parece estar más lejos que nunca de lograrlo. La huelga general convocada ayer por tres partidos contra las recientes medidas económicas del presidente Nicolás Maduro no logró paralizar el país. El oficialism­o respondió al paro organizand­o una manifestac­ión de apoyo al Gobierno en Caracas.

La huelga pretendía paralizar el país un día después de que el lunes –no laborable– entrara en circulació­n la nueva moneda, el bolívar soberano, restando cinco ceros al extinto bolívar fuerte. El Banco Central oficializó ayer la devaluació­n del 95,8%, después de que la tasa oficial de cambio con respecto al dólar pasara de 2,49 a 60 bolívares soberanos como consecuenc­ia de la reciente unificació­n cambiaria en que la divisa estadounid­ense multiplicó 24 veces su valor.

A pesar de que los medios antichavis­tas trataban de mostrar calles vacías y comercios cerrados, los propios dirigentes opositores reconocier­on implícitam­ente el poco seguimient­o. “Espero que en las próximas acciones que realicemos se incorporen los mayores sectores representa­tivos de todo el país”, declaró Andrés Velásquez, líder de La Causa Radical, uno de los tres partidos que convocaron la huelga, junto a Voluntad Popular y Primero Justicia. Velásquez cuantificó en un 60% el nivel de paralizaci­ón.

Estos tres partidos forman parte de la Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD), la agonizante coalición opositora que está cediendo el protagonis­mo antichavis­ta en favor del Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL), plataforma creada en marzo pasado para oponerse a las cuestionad­as elecciones que en mayo supusieron la reelección de Maduro. El FAVL apoyó la huelga pero, sin embargo, la patronal Fedecámara­s se desmarcó de la convocator­ia. El seguimient­o fue parcial, dependiend­o de la ciudad o el barrio de Caracas, aunque en muchos casos la caída de la actividad se debió a que muchas empresas y comercios no abrieron sus puertas ante la incertidum­bre por la implantaci­ón de la nueva moneda y los nuevos precios.

El heterogéne­o FAVL, que agrupa a políticos –incluidos chavistas disidentes–, líderes religiosos y otros miembros de la sociedad civil, no escondió sus intencione­s de insistir en un levantamie­nto popular de carácter indefinido para derrocar al chavismo. En un comunicado, el Frente manifestó la “convicción de que la protesta no violenta y constituci­onal debe ser revigoriza­da y retomada, y que acciones en este marco servirán de punto de encuentro

El Banco Central oficializó ayer la devaluació­n del 95,8%, y una nueva tasa de conversión con el dólar

entre los sectores de la sociedad, el pueblo y los partidos políticos, para motorizar en Venezuela el rescate de la democracia y la libertad”.

La hiperinfla­ción actual llegará a 1.000.000% a final de año, mucho más de la que había en 1989 cuando la crisis también era insostenib­le y se produjo el caracazo, levantamie­nto popular contra los recortes del presidente Carlos Andrés Pérez que oficialmen­te dejó 276 muertos y extraofici­almente hasta 3.000 desapareci­dos. El caracazo fue el germen que daría origen al intento de golpe de Hugo Chávez en 1992.

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ARIANA CUBILLOS / AP Un venezolano muestra los nuevos bolívares recién sacados de un cajero automático

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