Manifiestos y contramanifiestos
Como no podía ser de otro modo, la decisión de exhumar el cadáver de Francisco Franco del Valle de los Caídos ha despertado a viejos fantasmas del pasado. Militares retirados y en la reserva suscribieron un manifiesto fechado este mismo mes en el que defienden “la figura militar del general Franco, hoy vilipendiada hasta extremos inconcebibles”. La declaración justifica implícitamente la sublevación de 1936 y defiende “la imagen militar del general Franco. (...) Desaprobamos muchas de las acusaciones que se vierten en estos momentos contra él con el único fin de que las nuevas y futuras generaciones desprecien un periodo importante de su propia historia”. Termina la declaración reclamando “la gratitud” que en su opinión merecería Franco y pidiendo la adhesión de otros militares. El contenido de este texto ya es objeto de un expediente abierto por el Ministerio de Defensa. En respuesta, ayer se dio a conocer otro manifiesto en el que diversos militares, entre ellos tres en activo, suscriben una declaración “colectiva y personal” en la que afirman que “el general Franco no merece ni respeto ni desagravio alguno sino nuestra repulsa más absoluta por haber encabezado un golpe de Estado”. “Los militares españoles somos funcionarios servidores del Estado, tenemos nuestra consciencia individual libre como cualquier ciudadano, pero no tenemos derecho alguno a presionar como colectivo al Estado democrático”. “No somos –concluye el manifiesto– portadores de una moral superior ni sostenemos ninguna sagrada herencia”.