El ataque de Cornellà

Si el relato de la mujer de Abdelouahab Taib acaba por confirmarse, estamos ante un problema que nos debería hacer reflexionar, y en mayor medida a las comunidades religiosas, en este caso de Catalunya y con más relevancia a la comunidad musulmana. Un hombre ha podido acabar con su vida atacando a una policía (suicide by cop) por ser gay y sentirse desplazado de su comunidad de pertenencia.

En una sociedad occidental con profundos valores democráticos, no podemos permitirnos este tipo de actos por la condición sexual. La religión debe ayudarnos en nuestra vida espiritual, pero no debe de ser un catálogo de nuestro modelo de vida. Para ello ya esta la Carta de los Derechos Humanos. No podemos permitir que la religión guíe más allá de nuestra espiritualidad y nos condicione hasta tal punto. Podríamos decir que es un asesinato provocado por la religión.

Tanto el catolicismo como el islam condenan a las personas homosexuales a una vida sin sentido, los condenan por ser supuestamente “promiscuos” y los vuelen a condenar a guardar castidad, idea alejada de un planteamiento sano. Por eso las comunidades religiosas deben hacer un planteamiento serio sobre qué proponen a sus ciudadanos, porque abocarlos al suicido no es un proyecto de vida.

EMILIO ÁLVAREZ TREVÍN Barcelona