Goerne, desarmante
Vilabertran se extasía con los lieder de Wagner y Strauss del barítono
Matthias Goerne ya lo advertía. “Este año el programa que traigo es muy fuerte”. Entre otras cosas, porque el barítono alemán ha querido jugar esta vez, en la Schubertíada de Vilabertran, a interpretar lieder que fueron compuestos para soprano. Por una parte, los Wesendonck Lieder que Wagner compuso inflamado de amor por la esposa del banquero que lo acogía en su casa mientras escribía la Tetralogía –un trabajo que interrumpió para dar rienda suelta a la enfebrecida declaración de amor que es Tristan und Isolde–, y por otra, las canciones que Richard Strauss compuso inspirado en Pauline de Ahna, la cantante que fue su esposa: Morgen, Ruhe meine Seele, o esa crepuscular Im Abendrot que Goerne se hizo radicalmente suya como colofón de un recital impresionante. Después de una hora y cuarto de música ininterrumpida, se hizo el silencio que sólo se produce en las grandes veladas. Un Goerne sobrecogido por su propio canto buscó al fin el aplauso con una semisonrisa cómplice. Y el público rindió durante cinco minutos y puesto en pie el mayor tributo que se haya visto en la canónica de Vilabertran. Ningún bis ha lugar.
El recital, no obstante, junto al pianista Alexander Schmalcz, había comenzado con piezas de Hans Pfitzner, canciones de cambio de siglo que cantan a la bella amada y a la tranquila naturaleza. Y por este romanticismo tardío transitó Goerne, cual oficiante, para acto seguido, sin solución de continuidad, dar un salto de medio siglo antes y adentrarse en Wagner. Su lectura de los Wesendonck, los cinco poemas de la propia Mathilde para voz de mujer, alumbraron un Wagner acaso nunca visto.
La travesía wagneriana de Goerne ha entrado en una madurez sólo comprensible por el hecho de que en los últimos tiempos le ha dedicado un tiempo extra, con su último trabajo discográfico The Wagner Project, una inmersión en piezas de Tristan, Parsifal, El Holandés
Errante... y el personaje de Wotan, el dios de la Tetralogía. Todo ello, grabado con la Orquesta de la Radio Sueca dirigida por Daniel Harding. Y no sólo eso. Matthias Goerne ha grabado para Naxos su primer Ring integral con la Hong Kong Philharmonic Orchestra.
De manera que Vilabertran supone la incursión en la música de cámara de un compositor que sin duda Goerne observa ya desde otros ángulos, más sutiles o más ardientes, totalmente desarmantes. Su canto fue también un viaje travestido a la esencia del amor, que no entiende de sexos ni géneros.
Matthias Goerne asumió textos escritos para soprano en un viaje insondable hacia la esencia del amor