LAS CLAVES
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El nuevo organigrama lo comanda Òscar Grau, que se reúne regularmente en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí para consensuar todos los movimientos con Pep Segura, Eric Abidal y Ramon Planes. El diálogo con Ernesto Valverde, técnico del primer equipo, también es habitual.
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La obsesión de Grau es la discreción y el trabajo en equipo. Sus logros son haber conseguido buenos ingresos cuando tradicionalmente el club blaugrana no es hábil vendiendo. Si se confirma el pago por Paulinho, el Barça alcanzaría 130 millones de euros en el apartado de ventas.
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Fichajes como el de Arturo Vidal o Malcom descubren otra manera de trabajar que busca nombres alternativos, como ya sucedió con Arthur, herencia del último secretario técnico, Robert Fernández. La competencia con clubs como el PSG les obliga a ser más imaginativos. La apuesta por el canterano Miranda como recambio de Alba fue decidida por el club y asumida por Valverde. antes de dar el visto bueno a su incorporación, y de momento no se ha arrepentido. Discreto (esa es una característica que obsesiona al grupo para evitar filtraciones), Planes es quien tiene mayores contactos gracias a experiencias en anteriores clubs y también posee buen ojo para captar oportunidades de mercado. Cuando ha fallado la primera opción, su opinión se tiene en cuenta porque proporciona buenas alternativas. Si Rakitic se fuera al PSG (eso intentan los franceses), de inmediato se activaría la operación para echar el lazo a un sustituto.
Valverde no es un extraño para este nuevo núcleo duro. Las reuniones con el entrenador son semanales y su actitud siempre es comprensiva: cuando se le propuso que mejor que fichar un nuevo lateral izquierdo sería subir a Miranda para no tapar la progresión de un buen canterano, aceptó.