El Govern quiere retomar la L9 del metro en el 2019
La Generalitat planea retomar las obras el año que viene y empezar a circular en el 2023
La oscuridad en la que se encuentra inmerso el túnel a medio construir del tramo central de la línea 9 de metro tiene fecha de finalización. La Generalitat cuenta con una detallada planificación de obras y presupuesto para unir los 16 kilómetros que separan los dos extremos de la línea 9, desde la Sagrera hasta Zona Universitària, y finalizar así la mayor infraestructura pendiente en el área metropolitana de Barcelona. Sólo falta que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) dé luz verde al crédito de 740 millones de euros que hará posible la puesta en funcionamiento de la tuneladora, la construcción de las estaciones y la finalización de los trabajos. En el Gobierno catalán confían en que será antes de finales de este año.
El documento de trabajo de la Generalitat al que ha tenido acceso La Vanguardia detalla como a finales del año que viene debería volver a ponerse en funcionamiento la tuneladora para empezar a ejecutar el tramo pendiente de algo más de 4 kilómetros entre la plaza Lesseps y el paseo Manuel Girona, en Pedralbes. La previsión es que en el 2021 ya esté todo el túnel ejecutado. Será ese año y en el 2022 cuando se concentrarán el grueso de los trabajos aunque desde finales del 2019 ya se empezarán a instalar vías, catenarias y el resto de instalaciones necesarias en el extremo de Sagrera, donde la tuneladora ya hizo su trabajo hace casi diez años.
Los planes de la Generalitat pasan por poner en marcha el tramo central en el 2023 con seis paradas no consecutivas (Camp Nou, Sarrià, Lesseps, Guinardó, La Sagrera y Sagrera TAV). En el 2024 se abrirían tres estaciones más (Mandri, Sanllehy y Maragall) y entre el 2025 y el 2026 otras tres (Campus Nord, Manuel Girona y El Putxet). Habrán pasado 24 años desde el inicio de obras. La apertura progresiva para poner en marcha la infraestructura lo antes posible sin necesidad de esperar a tener todas las estaciones finalizadas es una apuesta del hasta hace unos meses secretario de Infraestructuras, Ricard Font, que lleva varios años dando forma al proyecto que ahora está en manos del BEI. Se repetirá así la fórmula que ya funciona en el ramal de la L10 Sud, que está a punto de inaugurar las dos primeras es-
PUESTA EN MARCHA PARCIAL Una vez esté acabado el túnel, las estaciones se irán abriendo de manera progresiva
EL PRIMER MOVIMIENTO
La tuneladora parada se pondrá en marcha a finales del 2019 y trabajará dos años 740 millones del Banco Europeo de Inversión
taciones y el resto forman parte de este plan económico. Las cuatro paradas del viaducto ya construido en la calle A entrarán en servicio en el 2022 y Motors, en el paseo de la Zona Franca, deberá esperar hasta el 2025 o el 2026.
Las estaciones escogidas para la primera fase de inauguraciones en el 2023 son aquellas que pueden tener una mayor demanda porque actúan como intercambiadores con otras líneas de metro, Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) y Rodalies. Incluso confían en que para entonces la estación de alta velocidad de la Sagrera –que también ha retomado las obras recientemente– ya esté funcionando.
El cronograma y el proyecto técnico de las obras ya cuenta con el visto bueno del Banco Europeo de Inversiones. El siguiente paso es obtener la luz verde definitiva del consejo ejecutivo del BEI a la cuestión económica. Este aspecto debe ir asociado a una previsión y unos compromisos plurianuales de la Generalitat con el correspondiente mecanismo de retorno del crédito. Lo más habitual sería que fuera ligado a los presupuestos del gobierno catalán para el 2019 y quedara recogido en ellos, aunque si las negociaciones de los números a nivel político se complican podría presentarse de manera independiente. La buena voluntad del Gobierno de Pedro Sánchez también será decisiva para desencallar el visto bueno europeo a una documentación que se envió cuando Mariano Rajoy aún estaba en la Moncloa.
Si todo sale según lo previsto, el BEI aportará 50 millones en el 2019, 100 en el 2020, 200 en el 2021, otros 200 en el 2022 y finalizará el préstamo con 290 millones en el 2023. Cada disposición cuenta con cinco años de carencia, así que hasta el 2024 la Generalitat no tendrá que empezar a devolver el préstamo. Cuando comience a pagar las cuotas lo hará durante 30 años con unos 292,4 millones de comisiones e intereses estimados, lo que supondrá un retorno final de 1.032,40 millones. El secretario general de Economia de la Generalitat, Albert Castellanos, destaca que “estas condiciones de financiación son mejores que las de los bancos”. De hecho, la opción de hacer las obras con un crédito del BEI no es nueva, ya se recibió uno en el 2004 para la construcción de los dos extremos de la L9 y actualmente se están devolviendo 150 millones cada año.
La Generalitat deberá dedicarle 192 millones más entre el 2024 y el 2026 para poder acabar el proyecto en su totalidad. La previsión con la que trabajan en el Departament d’Economia es destinar 127 millones en el 2024, 32 en el 2025 y 33 en el 2026. Entre el dinero del BEI y el de la Generalitat suman 932 millones, una cifra que deberá añadirse a los más de 4.000 millones que ya se han invertido en esta línea y a los 230 millones que se paga cada año de canon por la concesión a las constructoras de las estaciones.
Además de resolver unas obras que llevan años empantanadas, la inversión queda justificada por los importantes efectos a nivel medioambiental que puede suponer la puesta en marcha del tramo central de la L9. Es la principal motivación por la que el BEI da apoyo a esta infraestructura que será la línea más larga de metro de Europa y una de las más utilizadas de Barcelona, como actualmente lo son las líneas 1, 3 y 5. Los cálculos de los técnicos apuntan que puede alcanzar una demanda de hasta 110,1 millones de viajeros al año una vez estén todas las estaciones abiertas. Las previsiones pasan por eliminar 16.605 vehículos cada día.
LA PARTIDA
El Banco Europeo de Inversiones prestará entre 50 y 200 millones cada año hasta el 2023
LA CONTRAPARTIDA
La Generalitat debe presentar la previsión de retorno del crédito europeo a 30 años vista