Isidro Fainé
Bocelli clausura con energía el festival con un repertorio ecléctico arropado de gran orquesta
PRES. FUND. BANCARIA LA CAIXA
El festival de Cap Roig que impulsa la Fundación Bancaria La Caixa finalizó anoche con un concierto de Andrea Boccelli con el que confirmó el gran éxito no sólo musical (21% más de asistencia), sino como propuesta de ámbito cultural y social.
Andrea Bocelli tenía, a su pesar, una deuda pendiente con el festival de Cap Roig, que anoche finalmente pudo saldar, y de qué manera. Porque seguro que parte de la afición que ayer atestó el auditorio de los jardines de Calella de Palafrugell, el año pasado se quedó con las ganas de verlo al tener que suspender su anunciado concierto a causa de una bronquitis aguda.
Justo doce meses después, el cantante lírico italiano no falló y ofreció un intenso y variado recital que además sirvió de brillante broche de clausura de la edición de este año del festival de la Costa Brava. Demostrando un excelente estado de forma y contando con un buen feedback por parte del público, el entregado tifoso del Inter de Milán apareció en el escenario pasados diez minutos de las diez de la noche, y no lo abandonaría hasta dos horas largas más tarde (con una pausa de veinte minutos incluida, eso sí). Embutido en un traje oscuro excepto una americana azul brillante, ofreció un concierto de temática transversal, con el que atrajo el interés y la complicidad del variado y más bien veterano aficionado que se dio cita, y que quizá echó en falta un volumen un poco mayor en la voz del divo.
En esta ocasión, el también escritor y productor musical (y argumento de película, como es el caso del largometraje La música del silencio, que mañana se estrena en las carteleras españolas) estaba arropado por una nutrida formación orquestal sinfónica, que le ofreció lujoso colchón sonoro para su sólida y coherente propuesta musical. Para este viaje sonoro, Bocelli (católico concienciado y solidario, que dentro de unos días cantará ante el papa Francisco en el Encuentro Mundial de Familias en Irlanda) contó con sus conocidas armas privilegiadas en forma de voz de timbre versátil y poderoso.
El colchón del que antes se hacía mención en esta ocasión estuvo a la altura. Y es que en esta ocasión había además un atractivo añadido sobre el escenario, ya que el dentro de un mes sexagenario cantante estuvo acompañado por la catalana GIOrquestra, contrastada formación versátil de tamaño sinfónico, que en esta ocasión –como suele pedir Bocelli cuando está acompañado de este tipo de formaciones–, estuvo dirigida por su paisano Carlo Bernini, cómplice de largo recorrido. En cualquier caso, una orquesta que se desenvolvió con soltura en variedad de estilos.
La velada de anoche estuvo divida en dos partes sonoramente diferenciadas. La primera, de carácter más operístico, arrancó pocos minutos pasadas las diez con la obertura de la Carmen bizetiana estrictamente instrumental para entrar en calor, a la que seguirían otras nueve piezas de tan gloriosas como variadas óperas como Rigoletto, I lombardi, Los cuentos de Hoffmann, Manon Lescaut, La Bohéme o La Traviata. En esta tesitura hubo oportunidad de contar con la voz en tres o cuatro piezas de Maria Aleida, ovacionada sin excepcición por el público.
La segunda parte se anunciaba más popurrí, con temas de películas (Amarcord, Can’t help falling in love popularizada por Elvis Presley, Over the rainbow, Maria de West Side story, temas de Morricone), un repaso algunos de sus grandes hits personales (Canto della terra, Con te partirò), y se preveían temas de siempre como Granada o Bésame mucho, para cerrar, en el último bis, con la eterna Nessun dorma.
ACOMPAÑAMIENTO
La GIOrquestra demostró versatilidad y dominio de un repertorio agradecido
REPERTORIO
Una primera parte con piezas operísticas y una segunda más ecléctica y aplaudida