Si vales, vales y vas a letras
Cada vez más estudiantes sobresalientes eligen carreras de humanidades
Ese antiguo dicho que decía que “el que vale, vale, y si no, a letras” está siendo combatido por jóvenes alumnos de talento brillante que escogen carreras de “letras” (sociales o humanidades) como primera y única opción. Muchos de estos estudiantes de trayectorias sobresalientes en secundaria y bachillerato y que presentan una variedad de intereses distintos que no conocen la frontera de las letras, las ciencias o el arte son cuestionados si optan por carreras humanísticas. Estos mismos chicos explican sus experiencias de cómo algunos padres, profesores, amigos consideran que es un desperdicio que se estudie filosofía, literatura, antropología... y ya no hablemos de otras opciones como filología clásica o ciencias de la antigüedad. “Pudiendo hacer ingeniería o medicina...”.
En esta creencia juegan muchos factores. Desde el reconocimiento social superior en carreras técnicas y sanitarias hasta la inquietud de los adultos por que sus hijos estén bien situados el día de mañana, con trabajos seguros y bien remunerados.
No obstante, cada vez más estudiantes desafían la opción de la seguridad, la empleabilidad o el prestigio y hacen aquello que más les gusta. Así que este año se han matriculado 62 personas en el grado de Ciencias de la Antigüedad en la Universitat Autònoma de Barcelona cuando en los últimos años la media era de 20 estudiantes (el grado se llamaba Latín y Griego).
“De los 19 grados de humanidades que tenemos, en 9 de ellos hay alumnos con una nota de selectividad superior a 13; en 4 títulos, más del 12, y en los 6 restantes pasan del 11”, explica Joan Carbonell, decano de la facultad de Filosofía y Letras. Cabe señalar también que la alumna con mejor nota de las pruebas de acceso a la universidad (PAU) en Catalunya, Rosa Milian, que estudió un bachillerato científico, ha elegido el grado genérico de Humanidades en la Pompeu Fabra.
También la Universitat de Barcelona ha observado este año un repunte de notas excelentes en este área de conocimiento. Treinta alumnos con notas superiores a 13 estudiarán carreras como estudios literarios, clásicas, filologías... Es el grupo más numeroso en los últimos años. Ciertamente, los jóvenes excelentes que estudiarán grados técnicos o de ciencias son aún más.
En la UB se han matriculado 293 alumnos con más de 13 (el 65% son chicas) en todas las áreas y sólo 30
MÁS EXCELENCIA
Unos 30 alumnos de nota máxima han elegido Filología y Literatura de la UB
MÁS CANTIDAD
En la UAB, el grado de Ciencias de la Antigüedad ha pasado de 20 a 62 alumnos
MÁS VISIBILIDAD
La mejor alumna de las PAU de Catalunya, Rosa Milian, optó por Humanidades de la UPF
en humanidades. Eso también se debe al hecho de que muchas de las carreras más demandas (ver los gráficos elaborados por la web Unportal) exigen nota de corte para entrar, por lo que los aspirantes de bachillerato empollan más para las PAU que aquellos que no necesitan nota. No obstante, entre las diez carreras con notas de corte más altas por su alta demanda o escasa oferta de plazas se encuentran Filosofía, Política y Economía o Global Studies, ambas de la UPF.
Los expertos dan por descontado que el país necesita pensadores, trabajen en lo que trabajen. Y más en estos tiempos de cambio donde la ética y la filosofía se están introduciendo en las carreras de ingeniería, especialmente, en el mundo anglosajón.
Pero la contribución del conocimiento social o humanístico no es ajeno en otras profesiones. “Los maestros serán los que formen a todos los profesionales del futuro. Necesitamos que tengan muchas ganas y mucha preparación académica y humana, pues atenderán a gran diversidad de alumnado”, sostiene Josep Alsina, vicedecano de la facultad de Educación de la UB.
“El conocimiento del pasado nos permite entender el presente. necesitamos traductores, arqueólogos, geógrafos, historiadores, filólogos... capaces de dar las claves para entender lo que sucede alrededor: la gestión del agua, la inmigración, drogadicción, prostitución. Conocimientos que ayudan a la gestión política y que cambian el mundo”, indica Daniel Piñol, vicedecano de Geografía e Historia de la UB.
“La crisis ha cuestionado la ‘seguridad’ en el empleo de algunas carreras como arquitectura, y eso ha dado más libertad a los jóvenes para escoger lo que desean”, explica Carbonell. Según su opinión, los chicos de 18 años se plantean su proyecto de vida de forma distinta a generaciones anteriores en que los estudios universitarios marcaban el futuro. “Ahora estudiarán más tiempo, distintas formaciones, se profesionalizarán con máster, cambiarán de trabajos, de países... resulta impensable que personas que previsiblemente vivan 100 años vayan a trabajar sólo en aquello que estudiaron de los 18 a los 22 años”.