Viabilidad de la banca
La banca española ha arrancado con muy bien pie el 2018 según la Autoridad Bancaria Europea. En marzo del 2018, la rentabilidad sobre recursos propios (ROE) se sitúa en el 9,7%, por encima del 6,8% de la media de la banca europea. Esta rentabilidad ha hecho regresar a la banca española al mundo de la viabilidad del negocio que abandonó hace ya años, ya que por fin supera el coste del capital que exige el inversor (se estima alrededor del 9%-10%). La alegría es aún mayor si nos comparamos con los principales sectores bancarios europeos: 2,5% en Alemania, 5,6% en Francia, 8,4% en Italia.
A esta buena noticia se añade la eficiencia con la que la banca española realiza su labor de intermediación. Para conseguir 100 euros de margen ordinario, la banca española gasta 51,6 euros en costes operativos, 13,2 euros menos que la banca europea. De nuevo, salimos muy bien parados en la comparativa con las principales economías europeas, ya que frente a esa ratio de eficiencia del 51,6%, la de Alemania es del 83,7%; la de Francia, 76%; la de Italia, 63,7%...
Donde no salimos bien parados es en la solvencia, ya que si bien ha aumentado con intensidad desde el estallido de la crisis, ocupa el último lugar del ranking de la UE28, con un valor del 11,2% (ratio CET1 fully loaded), 3 puntos por debajo de la media europea y alejados de los niveles de Alemania (15,3%), Francia (13,6%) y el Reino Unido (14,5%), aunque más próximo al de Italia (12,3%). Es en este indicador de salud bancaria donde la banca española debe realizar más esfuerzos si quiere acceder a los mercados a costes similares a sus competidores, lo que aconseja destinar una parte importante del beneficio a acumular reservas.
La recuperación económica sigue reduciendo el volumen de activos improductivos,
La banca española vuelve a ser atractiva para el inversor al darle la rentabilidad que este le exige
aunque la morosidad sigue por encima de la media europea (4,5% vs. 3,9%). El esfuerzo de limpieza reconociendo pérdidas con provisiones ha aumentado la tasa de cobertura al 44,8%, situándose ligeramente por debajo de la banca europea (46,3%).
En resumen, la radiografía de la banca española muestra que: 1) vuelve a ser atractiva al inversor, dándole la rentabilidad que exige; 2) es más rentable y eficiente que la media de los sectores bancarios de la UE, y c) la morosidad sigue cayendo y la solvencia aumentando, si bien los niveles actuales son peores que los europeos. Son estos dos últimos indicadores de salud los que deben centrar la atención de los gestores bancarios en los próximos meses.
Respecto al futuro, las expectativas de recuperación de la rentabilidad son moderadas, dada la permanencia de un entorno de tipos de interés muy reducidos. El elemento que más puede contribuir a la recuperación es la necesidad de menores saneamientos conforme la tasa de morosidad siga cayendo, junto con la reciente salida de los balances de un elevado volumen de activos improductivos, aprovechando la recuperación de precios de los activos inmobiliarios.