La Vanguardia

Soldados de la guerra de los Segadors en la Sagrera.

Las excavacion­es cerca de la futura estación descubren 318 cadáveres del sitio de Barcelona en 1651

- SANTIAGO TARÍN

Las obras junto a las vías de la estación de la Sagrera han descubiert­o fosas con restos de 318 cadáveres, soldados de Felipe IV que se cree que murieron debido a la peste.

A su alrededor se otea el mañana: la futura estación de la Sagrera, clave para organizar el tránsito ferroviari­o de Barcelona. En medio se asoma el ayer: las fosas donde fueron enterrados los soldados de la guerra de los Segadors (1640-1652) que participar­on en el cerco a Barcelona en el siglo XVII, y que posiblemen­te murieron de la peste. Los restos de 318 combatient­es han aflorado en las excavacion­es arqueológi­cas que se llevan a cabo en el entorno del nudo de comunicaci­ones. La realidad es que cada vez que se emprenden obras en los aledaños de las vías aparecen nuevos hitos de la historia de la Sagrera, desde la prehistori­a hasta hoy.

Josep Pujades, responsabl­e de las intervenci­ones arqueológi­cas del Servei d’Arqueologí­a de Barcidos celona, explicó que es la segunda vez que se trabaja en esta zona de Sant Martí. La primera fue en la temporada 2011-2012 y apareciero­n siete fosas. Con las tareas que ahora se están desarrolla­ndo ya se ha alcanzado la cifra de 65 enterramie­ntos. En total se han localizado 318 cadáveres, que, a falta de la comprobaci­ón que dará el carbono 14, todo apunta a que eran soldados del ejército de Felipe IV durante el cerco a Barcelona en la guerra de los Segadors. La documentac­ión que ha llegado hasta nuestros días señala que en esta zona se levantó un campamento de las huestes atacantes.

Es una gran necrópolis. Hay cadáveres bien enterrados en osarios comunes, unos con la cabeza hacia un lado y los otros acomodados en sentido contrario. Se han encontrado inhumacion­es de dos personas y hasta de ocho, y también se ve que hay un momento en que los lanzan de cualquier forma. De hecho, hay alguna fosa común en la que sólo se ha levantado un primer nivel, y no se descarta que debajo pueda haber más cuerpos. La edad de los falle- oscila entre los 16 y los 35 años, y la inmensa mayoría son hombres, aunque también hay algunas mujeres. Y es que en aquella época también iban algunas con las tropas, bien para cuidarse de su intendenci­a o para ejercer la prostituci­ón.

En cuanto a otros hallazgos en los enterramie­ntos, poca cosa. Es posible que los uniformes se reciclaran, y por eso no hay ninguno. Poco más ha surgido: algún botón, algún zapato; de escasa relevancia por el momento.

Una de las cuestiones más llamativas es que, salvo uno de los cadáveres, que presenta una fractura en el cráneo, el resto de los cuerpos no presentan indicios de muerte violenta. Así que la tesis es que no se los llevó la guerra, sino la peste, puesto que Barcelona padecía una epidemia en aquellos tiempos, que se prolongó entre 1650 y 1654, de manera que la plaga también pudo afectar a los sitiadores. Pujades comenta que en aquellos momentos del cerco, la ciudad había pasado de 50.000 moradores a unos 20.000, por temor de la enfermedad, de la propia contienda y de la huida de parte de sus vecinos para escapar de las privacione­s y hostilidad­es.

Cuentan las crónicas que la guerra de los Segadors se inició el 7 de junio de 1640, con el Corpus de Sang, debido al malestar que causaba en el Principat el acantonami­ento de los ejércitos de Felipe IV por causa de la guerra de los Treinta Años.

Tras numerosas vicisitude­s, que incluyó poner Catalunya bajo la protección del rey de Francia, con el desengaño de que los fran-

EPIDEMIA EN LA CIUDAD

Lo más probable es que los soldados no murieran en combate, sino por la peste

UN LARGO CERCO

Se trata de militares del ejército de Felipe IV que sitió Barcelona entre 1651 y 1652

ceses cometieron tantos excesos como los ejércitos reales, y una semana de independen­cia, en 1651 las tropas de Felipe IV llegaron a las inmediacio­nes de Barcelona. Habían seguido el curso del Llobregat y tras arribar a Sant Martí dels Provençals levantaron fortificac­iones desde el Besòs hasta Montjuïc, escenarios de sangriento­s combates. Al mando de esta hueste iba Juan José de Austria (1629-1679), bastardo del rey con la actriz Juana Calderón. El monarca tuvo otros ocho hijos extramatri­moniales, pero ninguno tuvo la importanci­a histórica de este, al que no hay que confundir con Juan de Austria (15451578), el vencedor de Lepanto, que sí compartió con el anterior el rasgo de ser vástago ilegítimo, aunque de Carlos I de España y V de Alemania.

El sitio de Barcelona no fue breve, y sus habitantes pasaron muchas penalidade­s por la peste y la carestía de alimentos. Finalmente, el 11 de octubre de 1652, Juan José de Austria llegó a un acuerdo de capitulaci­ón con los líderes de los asediados, que no truncó las institucio­nes catalanes, devolvió Catalunya a la corona de los Austrias y le convirtió a él en virrey.

Estos fueron unos años turbulento­s en Catalunya. La guerra de los Segadors no sólo fue la colisión entre Felipe IV y los catalanes, sin también entre los campesinos y los nobles dentro del territorio. El episodio mereció un libro indispensa­ble del hispanista J.H. Elliott, La rebelión de los catalanes (1598-1640).

Los trabajos actuales se iniciaron el pasado mes de abril, y las excavacion­es están a cargo de la empresa Antequem bajo la supervisió­n del Servei d’Arqueologí­a del Ayuntamien­to de Barcelona. Las tareas se centran en lo que serán los accesos viarios a la futura estación, donde habrá unos túneles allá donde estaba la ronda de Sant Martí, cerca de la rotonda. En 1651 en este lugar se levantó un campamento militar del ejército que sitió Barcelona, cuya muralla estaba a la altura del actual paseo de Sant Joan. A la espalda del acantonami­ento, aún más lejos de los lienzos, se enterraba a los fallecidos, que ahora han regresado tras siglos de anonimato. La estación no sólo es el futuro: cada nuevo tramo aporta nuevas visiones de la historia de la Sagrera, desde la prehistori­a hasta hoy.

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DÍDAC PÀMIES / ANTEQUEM
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ANA JIMÉNEZ El mañana y el ayer. Entre las obras de la futura estación y las vías del tren, el pasado aflora en la excavación de las fosas
 ?? DÍDAC PÀMIES / ANTEQUEM ?? Campo de fosas que se han descubiert­o en las inmediacio­nes de la futura estación
DÍDAC PÀMIES / ANTEQUEM Campo de fosas que se han descubiert­o en las inmediacio­nes de la futura estación

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